Por Marina Vidal.

Idioma universal. El vocablo “inseguridad” se encuentra entre las palabras que, al menos una vez al día, utiliza el ciudadano que habita en Rosario y alrededores. Para tratar de palear la notoria y perceptible situación con la que convive la ciudad respecto al tema, el rosarino opta por “cuidar su ranchito” (literalmente) y tomar medidas que estén al alcance de su mano…y de su bolsillo.

Si bien no debería ser el ciudadano el que se ocupe y se preocupe por la inseguridad, es quien invierte (tiempo y dinero) en distintos tipos de medidas, que no le dan una solución a la problemática de fondo pero sí ayudan a que la persona se sienta un poco más cuidada, por lo menos, dentro de su casa.

Para hacer un análisis más exhaustivo respecto a la actitud activa de los vecinos de Rosario ante el número cada vez más creciente de robos, entraderas, escruches, entre otros delitos que se suscitan diariamente, Conclusión consultó a distintas empresas de comercialización de alarmas, puertas blindadas, cerrajerías, herrerías, cámaras de seguridad y “blindajes” para los cristales de los autos, con el propósito de tener una idea fehaciente de lo más utilizado por los ciudadanos en estos tiempos.

Sebastián Andrade, cerrajero de calle 27 de Febrero al 2900, expresó que en los últimos años, se acostumbraba a instalar los denominados “cerrojos doble paleta” pero, al pasar el tiempo, “la gente empezó a agregarle otra cosa y se compraban los cerrojos pasadores con llaves cruz”, que hacían sentir al habitante más seguro ya que sería “más difícil de ingresar a su casa”.

Andrade también expresó que hoy en día, un treinta por ciento de la gente que se muda a un departamento elige colocar este tipo de cerraduras.

Lo mismo ocurre en los comercios, todos ellos en los últimos años, que reforzaron su seguridad utilizando dobles cerraduras, cerrojos pasadores y sobre todo la contratación de sistema de cámaras de seguridad y alarma.

Alarmas monitoreadas

 Ricardo Estrella, director técnico de la empresa de vigilancia “Seals” (Mendoza 3180), dialogó con Conclusión y explicó que “hace diez años, el sistema de vigilancia física (un seguridad en la puerta del comercio) era utilizado en un 90 por ciento, pero hoy  ya no es la opción que más emplean los rosarinos. El sistema de alarmas monitoreado es el que en la actualidad “más se utiliza en la ciudad. Su función principal –explicó-, es advertir el allanamiento de una vivienda o inmueble, para lo cual, los equipos se conectan a una central receptora (monitoreo), mediante teléfono, radio, celular o internet, además de una acción disuasoria activando sirenas. Una vez que se dispara una alarma, la Central de Monitoreo emite la comunicación pertinente y en caso de ser necesario envía al personal de asistencia correspondiente”, detalló Estrella.

El común de la gente no suele instalar cámaras de videovigilancia dentro de su casa, pero la opción también existe. En los últimos tres años se ha incrementado el uso de estos dispositivos sobre todo en empresas e industrias. Consiste en un circuito cerrado de cámaras que transmiten, en tiempo real, lo que sucede en los distintos sectores en los cuales se ubican. El uso de estas cámaras sí aumentó en los porteros eléctricos de los hogares, más que nada en edificios.

No se puede dejar de lado que todo esto debería ir acompañado de una rápida respuesta de la Policía trabajando en conjunto con todas las empresas que prestan el servicio de alarmas permanentes, es decir, los planes pagos por mes, que funcionan con un alerta a la base de la empresa y al 911.

En diálogo con Conclusión, Damián, uno de los dueños de “Mellano Alarmas” comentó, coincidentemente con los entrevistados anteriores, que las consultas para contratar o comprar este tipo de equipos se incrementa un 40 por ciento, cuando los ciudadanos están por salir de vacaciones.

Llave inteligente

Según un empleado de “Cerrajería Ibarlucea” el incremento de llaves inteligentes es notorio en este último año. Los edificios implementaron en su mayoría el uso de este dispositivo. Se trata de un panel ubicado en la puerta principal del inmueble que se activa gracias a un tipo de llave que, al acercarla al panel, permite que se accione el ingreso. Esta herramienta tiene un costo aproximado de siete mil pesos para la instalación (abonado por el total de habitantes del edificio) y cada llave cuesta 150 pesos. “Una de las características fundamentales de estas llaves es que son “incopiables” y que “cada una está diseñada para el panel que se instala en la edificación que la adquiere de forma personalizada”, explican desde “Ibarlucea”. Por su parte, Patricia Carreras, gerenta de una empresa de puertas blindadas, comentó que “la venta de este tipo de aberturas creció un veinte por ciento respecto de años anteriores y si bien hay inconvenientes con el stock que llega al país, debido a inconvenientes con la importación, nunca cesan las consultas y la compra de estas puertas”.

“La gente prefiere invertir para sentirse más segura. Si bien tienen un costo más alto que una puerta común, son una tranquilidad, sobre todo cuando se van de vacaciones”, expresó Carreras.

Rejas

Javier Otermin, dueño de Herrería “El Impulso” de zona sur, compartió con Conclusión su experiencia en cuanto al tema: “La colocación de rejas principales no aumentó tanto como las montadas en ventanas y puertas balcón. Eso es lo que más llama la atención; personas que viven en pisos altos de edificios, comenzaron a cerrar los balcones a pesar de la altura”.

Lo mismo ocurre, con las casas de fin de semana, ya que “dejan de lado la estética original, para colocar rejas en las puertas ventanas que dan a la calle, a los patios y a las cocheras”, declaró Otermin.

Una vecina de un barrio privado de Roldán comentó que al hacerse la casa, “soñaba con mirar desde la ventana y ver el patio y la pileta, pero fue inevitable truncar la vista con las rejas que tuvo que colocar…es un poco frustrante”. A su vez, contó que en el presupuesto, “estaba incluido el gasto del servicio de alarma”, que pagará por mes.

Alarmas comunitarias

Dese hace más de dos años, la colocación de alarmas comunitarias es la estrategia de seguridad que más se multiplicó y desarrolló en Rosario.

Ricardo Estrella, explicó que “hoy por hoy los vecinos recurren a cuidarse entre ellos, implementando esta opción para prevenir los delitos»

“El Sistema de Alarma Vecinal o Sistema de Alarma Comunitaria brinda protección y seguridad a los vecinos de un barrio en la vía pública. El principal objetivo es la disuasión de posibles delincuentes y el alerta a otros vecinos. El Sistema cuenta con una central, sirenas con sonido potente, receptor y transmisor de señal, reflectores y tantos controles remotos como se deseen. Los vecinos pueden poner en marcha la alarma vecinal con su control remoto, enviando a la central la orden de que se accionen las sirenas, se prendan los reflectores  o ambas simultáneamente”, detalló Estrella.

Además, cuando este tipo de alarmas se activan, trasmite una señal al 911 para que alerten al patrullero más cercano.

Hay que tener en cuenta que los vecinos que decidan tener este servicio, deben comprometerse a usar el dispositivo con responsabilidad para no generar falsos disparos. El uso indebido del sistema provocaría a corto plazo el desinterés de los mismos usuarios.

Existen más de 500 dispositivos de este tipo instalados en Rosario, Funes y Roldán; el número de vecinos que optan por esta opción aumenta diariamente.

Los gobernantes

Alberto Ramos, vecino de barrio Echesortu y usuario de la alarma comunitaria, fue consultado por Conclusión y relató su posición en cuanto al servicio y al tema de sentirse “cada vez más encerrado”.

“Esta opción la considero una herramienta más. De igual modo, pienso que los ciudadanos no tendríamos que ocuparnos de las cosas que deberían ocuparse los gobernantes. El delincuente ya no se siente amenazado siquiera con este tipo de alertas. Lo usamos para sentirnos un poco más seguros, más juntos, pero debemos exigir a los políticos que se dediquen a solucionar este tema. Se ve, en Rosario, la inacción de los funcionarios respecto a la situación que se vive en la ciudad. Estos métodos son paliativos que uno implementa, siempre conscientes que son sólo eso, un pequeño aporte para la seguridad del barrio pero que no soluciona el problema de fondo, cuya responsabilidad la tienen quienes nos gobiernan”.

Aunque suene extraño, muchos de los vecinos que fueron consultados comentaron que una de las opciones que utilizaron, sobre todo aquellos que tienen casas de fin de semana o no cuentan con los medios económicos para contratar estos servicios, es la de tener perros de raza considerados “guardianes” (rottweilers, pitbulls, dogos) para “asustar” y generar alerta a quien tenga intenciones de ingresar a robar.

Preguntas sin respuestas

Los entrevistados, además de hacer un valioso aporte a Conclusión sobre la inseguridad a partir de sus distintas actividades, también compartieron la inquietud de la mayoría de los rosarinos que se preguntan ¿qué más se debe inventar para vivir seguros en cada hogar, que de repente se convierte en un “bunquer”?; ¿cuándo volverá la costumbre de caminar por la ciudad sin mirar para los costados, sin tener miedo?; ¿cuándo volverán los niños a jugar en la vereda hasta la tardecita?, etc. etc.