MARTES, 26 DE NOV

República del Saladillo: un barrio que celebra su identidad y expone sus necesidades

El Concejo Municipal de Rosario aprobó durante la tarde de este jueves el cambio de nombre del barrio Saladillo, que ahora pasará a llamarse República del Saladillo, y amplió sus límites abarcando lo que hasta el momento era parte de la seccional Roque Sáenz Peña. 

Foto: gentileza José Straatman.

Tras quince años de lucha, los vecinos que viven en el límite sureste de Rosario lograron que el barrio pase a llamarse República del Saladillo y que se amplíen sus límites, para que instituciones emblemáticas del lugar –como clubes o espacios culturales– estén dentro de la zona urbana que les da su identidad.

El proyecto, que fue impulsado por el concejal Mariano Romero tras el reiterado reclamo de vecinos e instituciones del barrio, se discutió y se aprobó este jueves en el recinto del Concejo Municipal de Rosario. Así las cosas, República del Saladillo estará delimitado por el río Paraná, el arroyo Saladillo, Ayacucho, Julián de Leyva, Arijón, Bermúdez y Lamadrid.

En diálogo con Conclusión, el concejal justicialista Mariano Romero explicó: “Una parte del barrio se llamaba Saladillo Sur y otra Sáenz Peña. Por un recorte que se hizo en los años 40’s, el primero llegaba hasta avenida Argentina, entonces la plaza de La Merced, el Centro Comercial Ayacucho, el club Arijón o Saladillo, quedaron afuera del barrio que les daba su identidad y formaban parte del Roque Sáenz Peña”.

“El proyecto motorizó un reclamo histórico de los vecinos, que estaban organizados y tienen un grupo con todas las instituciones del barrio, incluso tienen un himno, un escudo y una bandera. Nosotros presentamos el proyecto de ordenanza en términos formales para que los ciudadanos tengan el reconocimiento identitario que no existía en la normativa”, apuntó el edil.

Nuevos límites del barrio República del Saladillo.

Por su parte, el secretario de la vecinal Parque Regional Sur, Sergio Nazzi, recordó ante Conclusión que desde el año 2009 los vecinos, instituciones, organizaciones, historiadores y escritores del Saladillo vienen trabajando para ampliar los límites del barrio y cobijar bajo a una misma identidad a una zona que jamás debió haberse dividido.

“En el 2009 la Casa de la Cultura Arijón, con la idea del escritor barrial Dino Chiappetta y de su director, Armando Durá, organizaron el concurso provincial público de la creación de la bandera de la República del Saladillo. El ganador fue el vecino Reynaldo Manzo, que más tarde no solo pintó muchísimos paisajes, sino que compuso dos temas al barrio muy lindos”, memoró el también secretario del paseo comercial de calle Ayacucho.

Y aseguró: “Con la idea de la República del Saladillo en la cabeza de varios vecinos, se empezaron a realizar distintas reuniones con numerosas instituciones y legisladores locales. Las conversaciones fueron avanzando hasta que a principios de este año el concejal Mariano Romero precipitó de alguna forma la finalización de este trabajo mancomunado. Si le preguntás a cualquiera que pasa caminando por calle Ayacucho de qué barrio son, dicen Saladillo. Desde que se instaló, esta zona siempre se llamó Saladillo, pero en 1937 nos impusieron el nombre de Roque Sáenz Peña”.

Bandera de los vecinos del barrio República del Saladillo.

El ahora República del Saladillo protagonizó trasformaciones sociales a lo largo del tiempo y, justamente, fueron historiadores del lugar quienes se encargaron de demostrar que, aunque la zona estaba dividida en varios barrios, tenía un pasado y una identidad en común.

En la segunda mitad del siglo XIX, el empresario Manuel Arijón compró una buena cantidad de terrenos en los alrededores del arroyo Saladillo. Allí se empezaron a construir mansiones que la oligarquía de la ciudad usaba como alojamiento de fin de semana, para disfrutar de la cercanía del río y del arroyo, a cuyas aguas le adjudicaban cualidades curativas.

Años después, con la llegada de los frigoríficos, la zona dejó de ser un emblema de las clases pudientes para ser una región de obreros. “Terminó siendo un lugar en el cual se asentaron barrios populares como el Bajo Saladillo o El Mangrullo. Todas esas historias nos trajeron las instituciones del barrio a través de historiadores y nos contribuyeron en la redacción de los límites del proyecto”, comentó Romero.

Los concejales trabajaron en conjunto a los vecinos del Roque Sáenz Peña, de Saladillo, de la vecinal 22 de Julio y la Casa del Vecinalista para consensuar los nuevos límites de barrio República de Saladillo.

“Este cambio de nombre al barrio unifica esta gran riqueza identitaria en lo formal, pero nos ayuda muchísimo a potenciar, por lo menos culturalmente, esta zona de la ciudad tan postergada por todos los gobiernos. No nos ponemos contentos porque ahora somos República de Saladillo, sino por el logro de juntar a todas las instituciones del barrio”, celebró Nazzi.

Obras urgentes

“Además de ser concejal, soy militante social y mi barrio de referencia es el Saladillo, desde 2011 que vengo militando ahí. El cambio de nombre y la ampliación es muy importante en términos identitarios, pero tiene que ser un paso previo para poder construir mejores condiciones de vida. Es un barrio que está bastante olvidado”, alertó Romero.

En este sentido, indicó que los vecinos del Bajo Saladillo y El Mangrullo viven en “condiciones alarmantes”, principalmente por el estado que presenta el brazo seco del arroyo: “Hasta 2019 había un proyecto que había desarrollado el municipio, donde se buscó un crédito internacional para concretar una obra de urbanización e integración socio-urbana muy grande, que implicaba el saneamiento completo del brazo seco, el acceso a servicios para los ciudadanos y la relocalización de las familias que viven en la barranca, que a veces se desmorona”.

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“Son sectores que realmente están viviendo en muy malas condiciones –continuó Romero–. Al no estar saneado, se corre el riesgo de que ante una crecida del arroyo se tape el entubamiento del brazo seco, como pasó en 2019, cuando hubo un brote de leptospirosis con un muerto. La prioridad número uno debe ser el Bajo Saladillo, donde las condiciones de vida, infraestructura y servicios son realmente muy malas”.

“Es un barrio que tiene una historia de lucha muy importante y es necesario poder recuperarlo. Debería ser un puntal del circuito turístico rosarino y hoy está abandonado. Tiene mucho patrimonio histórico, historia obrera, historia del peronismo, está el Sindicato de la Carne, el monumento a Evita en la rotonda de Lituania y Avenida del Rosario, tenemos cines, como el Diana, que están en condiciones lamentables. Es un espacio a recuperar para mejorar la calidad de vida de los vecinos y para que sea un destino turístico por fuera de la costanera y del centro”, cerró Romero.

Mariano Romero, concejal de Rosario.

En la misma línea, Nazzi observó: “El barrio necesita urbanización. Hubo un proyecto en la zona de Mangrullo en la época de la intendenta Fein que no se concretó y hubiese cambiado muchísimo la zona, con un acceso público y gratuito al margen del río Paraná. Con la obra de la cascada del arroyo, hacen cuasi-obras que se las lleva el agua”.

Y cerró: “Creo que un proyecto integral sería fijar la cascada del arroyo Saldillo, hacer un dique hacia adentro del Parque Regional Sur para que la caída de agua se dé dentro del mismo y que sea apreciada por todos. Hoy donde está no podemos ingresar a ver el salto de agua, que en cualquier otra parte del mundo te lo venden como turismo”.

Un pulmón verde que necesita ser valorizado

Con el barrio República del Saladillo unificado, los vecinos centran su atención en la puesta en valor del Parque Regional Sur, el pulmón verde más importante que tiene Rosario en la zona. Al respecto, Nazzi advirtió que esta área está “abandonadísima” por la Municipalidad, desde hace, al menos, cinco años.

“Los cestos de residuos metálicos están desfondados. No hay nadie que se haga cargo del predio, que tiene treinta y nueve hectáreas. Vas cualquier día y los baños están cerrados, o viene gente en auto y tala árboles porque necesitan madera para prender algún fueguito, ese es el descontrol reinante que hay por el abandono municipal. Desde las instituciones del barrio hemos pedido, hace ya dos años, unos dieciséis puntos, pero el primero y el más importante es que haya un guardaparque con un equipo de trabajo”, apuntó el vecinalista.

Por su parte, Romero analizó: “El Parque Regional Sur tiene hitos históricos muy importantes, como el monumento a Joaquín Penina, un obrero anarquista y militante sindical que fue el primer fusilado desaparecido en democracia de la historia argentina, que está totalmente vandalizado, escondido entre yuyales altos. El velódromo también, las bicicletas no pueden usarlo y por eso a veces vemos accidentes, porque tiene que usar calles y rutas sin condiciones de seguridad apropiadas”.

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