La novedosa propuesta de una escuela rosarina para debatir sobre el exceso de celular en las infancias
Ante la detección de niños que iban mal dormidos a la escuela por quedarse jugando con el celular, la escuela Gurruchaga de Rosario propuso una semana libre de pantallas. Asimismo, el Ministerio de Educación de Santa Fe encuestará a estudiantes secundarios para saber cómo se relacionan con las apuestas virtuales. Ambos organismos destacaron la importancia de trabajar junto a las familias en la educación y prevención de los riesgos tecnológicos.
El teléfono celular se convirtió en un dispositivo de fácil acceso para niños y adolescentes y, si bien favorece la comunicación inmediata, no está libre de trampas. Las escuelas –principalmente secundarias– advirtieron que varios estudiantes asisten a clases con pocas horas de sueño, dado que se quedan hasta tarde jugando videojuegos, mientras que crece la preocupación por la participación de menores en las apuestas online.
Para afrontar esta situación, en Rosario la escuela Gurruchaga propuso, en el marco de las actividades por sus 125 años, una semana libre de pantallas en el nivel primario. Asimismo, el Ministerio de Educación de Santa Fe realizará encuestas en 400 establecimientos secundarios de toda la provincia –tanto públicos como privados– para conocer cómo se relaciones los jóvenes con los celulares y trazar políticas en la materia.
En diálogo con Conclusión, la directora de la Gurruchaga, Mariana Sánchez, observó: “Si bien no tenemos estudiantes que apuesten, si hay alumnos que pasan varias horas de la noche jugando y, muchas veces, llegan a la escuela con sueño. En general esto se da a partir de los once años, en sexto y séptimo grado. A los niños pequeños no los vemos con teléfonos, a esto lo empezamos a notar a partir de cuarto grado”.
Por su parte, la secretaria de Gestión Territorial Educativa de Santa Fe, Daiana Gallo Ambrosis, dijo a este medio: “Si bien las apuestas virtuales y el uso excesivo de videojuegos son uno más de los consumos problemáticos que tenemos en nuestras juventudes y adolescencias, hoy no es significativo dentro del millón de estudiantes que tenemos en el sistema, por lo menos así lo demuestran las situaciones que tenemos denunciadas o ingresadas al sistema formal de los equipos socioeducativos”.
Una semana sin pantallas en la Gurruchaga
La directora de la Gurruchaga explicó en qué consiste la semana libre de pantallas, que se desarrolla entre el 2 y el 6 de septiembre: “Es una experiencia sin celulares, televisores ni computadoras, para que los chicos comprueben que se puede seguir aprendiendo y que se puede jugar de otra forma, para que transiten la escuela como era antes”.
Si bien la educadora dijo que la medida está teniendo un impacto positivo, reconoció que al principio generó resistencia por parte de los estudiantes: “Pensaban que iban a aburrirse. Con esta propuesta intentamos que, a partir de sentirse aburridos, pueda haber algo que aparezca en el orden de la creatividad”.
La escuela también ofreció un taller sobre ludopatía para toda la comunidad educativa. “Nos preocupa mucho esta exposición a las pantallas y creemos conveniente que salga un debate con las familias sobre el rol que deben tener en relación a esta vida virtual que llevan los chicos”, señaló Sánchez.
En el marco de la semana sin pantallas, que solo se limita al horario escolar, también se suspendió la comunicación virtual con las familias: ahora los docentes envían mensajes a padres o tutores a la vieja usanza, utilizando carteles pegados en las puertas o a través de notas enviadas en las carpetas o los cuadernos de comunicaciones.
“Nosotros solamente interrumpimos el uso del celular esta semana, porque nuestra escuela está hiperconectada. Pensamos que los dispositivos tienen que ser una herramienta que potencie y enriquezca nuestros aprendizajes. Hoy la tecnología no es ni buena ni mala, hay que enseñar a usarla y generar autonomía, confianza”, advirtió la directora de la Gurruchaga, quien además apuntó que los padres recibieron “muy bien” esta iniciativa.
Tanto la escuela como los estudiantes propusieron diferentes juegos para los recreos, como el elástico, la soga o el balero. Asimismo, esta semana libre de pantallas encuentra su correlato en otras materias como historia, lengua o matemática, donde se estudian diferentes aspectos del avance tecnológico.
“Vemos una alta exposición a las pantallas, pero no lo podemos relacionar directamente con la escuela, sino con el mundo en que viven los chicos. Es importante trabajar en medidas de prevención, recibimos material muy valioso del Ministerio de Educación que da muchas estrategias para abordar esta problemática”, apuntó la directora de “La Gurru”.
Una encuesta para conocer la situación
La funcionaria del Ministerio de Educación de Santa Fe, Daiana Gallo Ambrosis, detalló a Conclusión que encuestarán a estudiantes de tercero a quinto año en unas 400 escuelas secundarias –de cuarto a sexto cuando se trate de técnicas– para saber “cuánto tiempo destinan a jugar con el celular, si tienen otras actividades, cuánto saben sobre ludopatía, si hablan entre ellos y con quiénes se referencian en la familia o el entorno para dialogar sobre estos temas”.
“Esto nos va a permitir saber dónde estamos parados para poder pensar las políticas públicas. Mandamos a las escuelas un documento que describe de qué son las apuestas en línea, los retos virales o los videojuegos, esto de que muchas veces ofrecen pases a otro nivel y eso implica tener un gasto. Juegos que por ahí parecen inofensivos, en realidad no lo son porque no tienen un tiempo de corte. Acá es clave el rol de la familia”, reseñó la funcionaria, que también recordó que el Gobierno provincial conformó una mesa interministerial, con participación de la Lotería de Santa Fe, para atender esta problemática.
Las escuelas que participarán de las encuestan están distribuidas en toda la provincia. “Si bien son muy pocos los casos de apuestas virtuales que tenemos, porque no es significativo el número de estudiantes, sí está la consulta, también de parte de las familias. Nosotros estamos tratando de prevenir, que esto no termine en una cuestión patológica, sino que los adultos podamos controlar qué hacen los chicos con los dispositivos”, indicó Gallo Ambrosis.