¡Un día de miércoles! Rosario amaneció convulsionada. Desde las primeras horas del día una noticia sacudía la ciudad y complicaba a todos aquellos que necesitaban tomar un taxi para trasladarse. Es que desde medianoche los taxistas decidieron implementar un paro por tiempo indeterminado por el asesinato de un colega en Gutemberg e Ituzaingó. Pero eso no fue lo único… 
Con el correr de las horas, y ya desde la mañana, los taxistas redoblaron la puesta y llevaron adelante una serie de piquetes con quema de neumáticos y bloqueo de calles en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus «Mariano Moreno». Luego, decidieron movilizarse a la sede de la Gobernación para reunirse con autoridades provinciales para obtener una respuesta a los hechos delictivos que los atormentan cotidianamente.
Al margen de los taxistas, pero agregando un condimento más a este miércoles de enero, los empleados de los estados municipal, provincial y nacional, agrupados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Rosario, realizaron una jornada de protesta que incluyó el cese de actividades y una movilización que tuvo origen en la sede local del Ministerio de Trabajo de la Nación, sita en Sarmiento y Rioja, hasta la plaza San Martín, ubicada frente a la delegación de la gobernación.
Los mismos reclamaban reapertura de paritarias y denunciaban “las severas medidas de ajuste que están afectando al sector en todo el país”. Además, ratificaron como principal objetivo que “ningún estatal perciba un salario inferior a los 15.000 pesos” y que cese la precarización laboral que alcanza “a un enorme número de trabajadores del sector”.
Por su parte, el Frente de Izquierda, se movilizó por la peatonal Córdoba pidiendo la liberación de Milagro Sala, la líder de la agrupación Tupac Amaru. Así, hubo problemas en calle Corrientes entre Rioja y Córdoba.
Y también la Corriente Clasista y Combativa (CCC) provocó un caos vehicular en pleno microcentro al cortar el tránsito en San Lorenzo entre Sarmiento y San Martín, frente a la Gerencia de Empleo.
Así, hubo cambios constantes de recorridos de colectivos del transporte urbano y miles de rosarinos debieron buscar alternativas para llegar a destino.
