El acoso escolar o laboral es un tema que persiste en el tiempo y que cada vez más se propaga en ámbitos en los cuáles se torna muy difícil detenerlo o detectarlos. La escuela, las redes sociales, los grupos de WhatsApp son algunos de los escenarios donde se perpetúan actos violentos. La ONG «Si nos reímos nos reímos todxs«, llevará a cabo la primera jornada del año de prevención de conflictos.

La cita es este viernes 5 de abril en el centro Sadosky, Bv. 27 de Febrero 1718 y las inscripciones son vía web o ese mismo día en el lugar. Las temáticas que se tratarán son Bullying, Ciberacoso, Grooming, Mobbing e inteligencia emocional para la convivencia.

Conclusión dialogó con una de las disertantes del evento, la pediatra Ana María Cucurullo para conocer un poco más de la jornada y sobre las problemáticas que se charlarán.

«Es una Jornada por la convivencia, porque se hace por primera vez reuniendo personas de distintas extracciones. La ONG Si nos reímos nos reímos todxs es la impulsora de esta jornada y está dirigida a docentes y a personas de la comunidad que estén interesadas o trabajen en el tema», comenzó a detallar la profesional.

«Los docentes están muy preocupados porque muchos de estos problemas se manifiestan en la escuela y ellos no tienen las herramientas para afrontarlo cuando les toca un caso concreto», agregó.

A veces hablamos mucho pero no sabemos realmente qué hacer cuando nos toca un caso concreto.

Cucurullo especificó que durante la jornada se abordará el tema de la convivencia en distintos ámbitos cómo el laboral, los medios de comunicación, las redes, los clubes, los colegios, entre otros. Contarán con la presencia de psicólogos que trabajarán la interpretación de las conductas y comportamientos y distintos profesionales que aportarán su mirada que servirá a todos para formarlos.

En el caso de Ana María, es disertante en este intercambio desde su rol de pediatra «para aportar mi conocimiento sobre la repercusión de signos y síntomas que uno puede ver en el consultorio cuando viene un adolescente que está sufriendo algo y que pude ser o no, Bullying».

Uno de los puntos importantes que destacó la pediatra es «definir bien lo que es y lo que no es cada cosa».

«Bullying por ejemplo, si lo describimos como lo conceptualizan los especialistas es una dinámica de hostigamiento reiterado, de agresión sitemática de un sujeto o de un grupo de sujetos hacia otro que no logra defenderse. Se trata de algo organizado contra alguien que se lo interpreta como débil«, puntualizó.

«Entonces no hablamos de un conflicto; es un abuso que tiene una finalidad perversa», enfatizó la médica y detalló que generalmente se visibiliza en las escuelas pero que trasciende estos ámbitos para pasar a otros como las redes sociales «donde no tiene lugar ni fin».

«Antes los conflictos se reducían al lugar donde estaban reunidos los pares como ser el patio de la escuela o un club. Ahora, en cambio, el hecho de la viralización no tiene fin y las agresiones hacen que la afectada tenga daño presente y futuro», manifestó Cucurullo.

Al ser consultada sobre su experiencia en el consultorio, la profesional expresó que «se ve como otra de las formas de sufrimiento». «Generalmente llegan los padres con un comentario al respecto, por ejemplo que los signos de malestar aparecen los domingos a la tarde con dolores de panza, de cabeza. También aparecen cuando el niño se enferma frecuentemente porque el estrés crónico que genera esto produce enfermedad. Entonces tenemos cuadros ocasionales como un dolor de panza hasta arritmias, palpitaciones, trastornos alimenticios o lesiones físicas evidentes», contó.

Otro punto importante de destacar es que siempre aparecen las consultas por parte de la víctima y nunca se pesquisa del lado del victimario ni se presenta preocupación del lado del acosador.

Cucurullo insistió: «Hay que darse cuenta de que si hay un acosado hay un acosador y también un grupo de cómplices en silencio que acompaña al abusador».

Y agregó: «Son situaciones tan dañinas para el acosado como para el acosador porque el día de mañana esa persona en vez de buscar respeto, busca el miedo; o también, el niño abusado hoy, el día de mañana puede convertirse en abusador.

«El problema del chico acosado es que no ve salida, no tiene esperanza. Esto lleva a cuadros depresivos que llevan a cometer actos contra su integridad física con consecuencias fatales».

¿Qué hacer cuando los adultos detectan que hay un problema pero su hijo no quiere hablar?

«Hay que trabajar mucho el tema de la confianza, del diálogo y acercarse de una manera amigable y no desde el lugar de interrogatorio. Hay que recordarle que uno está para ayudarlo, para acompañarlo y que si no tenemos los elementos para buscar soluciones se buscará ayuda en otro lado y entre todos, que hay profesionales que se especializan y están capacitados para estos conflictos», aconsejó la pediatra.

Y agregó: «Hay que tratar de detener la violencia. Es un trabajo de hormiga de parte de la familia. decirles que estamos ahí para acompañarlos en lo que sea, recordarles que esa situación tiene una salida, que tiene una solución y que debe confiar desde el lado del acompañamiento y no del control».

«Son los adultos quienes tienen que tomar las riendas del asunto para que esto cese y hacerse cargo, no son los chicos, ellos son todos víctimas de uno un otro lado».