Por Vanesa Pacheco

El Hipódromo Independencia se inauguró el 8 de diciembre de 1901, fecha en que se celebró la primera reunión hípica, dónde asistieron más de tres mil personas entre las que se encontraban personalidades destacadas de la época y la ciudad.

Luego de 105 años, el 23 de noviembre del 2006, el Jockey Club de Rosario entregó a la Municipalidad de la ciudad el manejo y administración de ese predio del Parque Independencia. El 7 de diciembre del mismo año, el Concejo Municipal sancionó la Ordenanza Nº 8092, promulgada por el D.E. ocho días más tarde, a través de la cual se creó la Sociedad del Estado Municipal Hipódromo Rosario.

Oscar Baratucci, quien está a cargo de la Gerencia Hípica del Hipódromo y uno de los entrevistados por Conclusión, contó que nació entre caballos y que siempre se dedicó al cuidado de los mismos. Además, nos introdujo en cuál es la situación actual en cuanto a obras y crecimiento del lugar.

En principio –señaló- el Hipódromo era del Jockey Club, pero en el 2006 abandonó la actividad, por lo cual al instante se hizo cargo el municipio de Rosario. Y con la gran ayuda desde el primer día, de quien por entonces era el intendente rosarino, Miguel Lifschitz, actual gobernador de la provincia, continúo en funcionamiento. Luego –aclaró Baratucci-, la doctora Mónica Fein, prolongó la renovación del Hipódromo con una obra que crece, y avanza con proyectos concretos”.

También trajo a la memoria a algunas de las grandes figuras que pasaron por la arena del Hipódromo, como Ireneo Leguizamo, Cayetano Sauro, Orestes Cosenza, Tomás Mernie y, más contemporáneos, Bortulé, Ublich y muchos más.

Y, con bastante modestia, recordó a su padre, Angel Oscar, quien ganó las 8 carreras de una reunión en Rosario, en 1957, récord mundial jamás igualado.

Cabe destacar que la entrada al Hipódromo es libre y gratuita y las carreras son cada 15 días, oportunidad en que, según contó el gerente hípico, participa gente de Rosario, de zonas cercanas y también de localidades de distintas provincias. Aunque los premios asignados a las carreras no son muy altos, el público sigue acompañando la actividad hípica, y eso se nota en las competencias que se llevan a cabo cada dos semanas.

Obra en construcción y proyectos

En diálogo con Martín Muzzullini, coordinador de la Secretaría de Carreras del Hipódromo, nos actualizó acerca de las obras y proyectos que se están llevando a cabo en las inmediaciones del lugar.

En principio fue muy importante la reja perimetral que se colocó recientemente y permite que se vea el Hipódromo desde las calles adyacentes. Eso le dio gran vida al edificio”, contó. “Además será muy interesante la obra de las tribunas y seguramente habrá un lugar gastronómico de usos múltiples en el salón de ingreso, donde en sus inicios era exclusivo para socios”, sumó Martín.

En el predio se está construyendo una cancha de rugby y otra de hockey que serán municipales. Entre las novedades existe la posibilidad que pronto se traslade el ISEF (Instituto Superior de Educación Física Nº 11) a otro predio.

La idea de la restauración es conservar la fachada inicial y atesorar el patrimonio cultural, como es el caso de las boleterías, la tribuna principal y el salón de usos múltiples. Estos últimos sitios, durante la gestión del Jockey Club Rosario, eran de uso exclusivo para los socios.

Algo muy importante que se hizo fue la instalación de luminarias para que las carreras se realicen también de noche, lo cual le dará otro atractivo, al imponente edificio de la calle Dante Aleghieri.

La cantidad de empleados que trabajan en el Hipódromo, mensualizados, son alrededor de 40, repartidos entre quienes desarrollan sus tareas en las oficinas de Stud, la Secretaria de Recursos Humanos, Administración, Secretaría de Carreras y los de mantenimiento. Además, los domingos en que se realizan carreras, se suman alrededor de 30 empleados que se encargan de las sala de equipos de los jockey, de las apuestas, la trasmisión de carreras y otras actividades.

Proyecto Nueva Oportunidad”

La Municipalidad de Rosario impulsa el denominado Proyecto Nueva Oportunidad, que se desarrolla en el ámbito del Hipódromo. El plan está destinado a instruir en oficios a chicos de zonas marginales o en situación de calle y es coordinado por Diego Fortini, encargado de los jóvenes de asisten a las actividades que allí se llevan a cabo.

Actualmente hay dos grupos de chicos que fueron incorporados a la escuelita de jockey, donde se les da capacitación dos veces por semana. Se los pasa a buscar en un vehículo por distintos sectores de la ciudad”, detalló Martín.

El año pasado se dio el oficio de Peón de Jockey, lo cual fue muy interesante porque se vieron caras nuevas dentro de los boxes, y son mano de obra que se necesitan”. Y anticipó que “pronto comienza un curso de albañilería y electricidad con el fin de seguir formando a los chicos para que tengan una salida laboral y hábitos de convivencia social”.

El programa, enmarcado en el Plan Abre, propone un abordaje integral de jóvenes en situación de alta vulnerabilidad social, a los que se acompaña en un trayecto pedagógico de capacitación y fortalecimiento de vínculos sociales, con herramientas concretas para que puedan construir un proyecto de vida.

Las edades para participar de “Nueva Oportunidad” van de los 16 a los 30 años, aproximadamente, y se pueden informar acercándose al Hipódromo.

De los studs a los boxes

Conclusión recorrió los boxes donde están los caballos al cuidado de cada equipo. Allí la actividad del personal comienza a las seis de la mañana y consiste en hacerles la “cama”, controlar a los animales, bañarlos y sacarlos a dar sus respectivos recorridos. Los boxes, construidos en una primera etapa, miden 4×4 metros, mientras que los de la segunda de 3.50 x 3.50. Hay un total de 560 boxes.

Todos los animales tienen sus respectivos cuidadores y peones, quienes se encargan diariamente de su atención. Además, cuentan con herrador y veterinarios para controlarlos en forma permanente.

Los cuidadores

Gerónimo del Carmen López tiene 68 años, trabaja como cuidador de caballos y es la tercera generación de una familia de jockeys. Al presente es encargado, pero pasó por todas las instancias: fue cuidador, domador y capataz. Gerónimo expresó que “mientras tenga salud, voy a seguir trabajando en esto, porque es una pasión y disfruto hacerlo desde hace muchos años”.

Al finalizar la visita de Conclusión al Hipódromo, Cristian Juárez, de 33 años, contó que trabaja hace seis años, todos los días desde las seis de la mañana hasta las 14 horas. Cristián entró como peón de caballos, “que es como cuidar un chico. Mi función habitual era armarles la cama, bañarlos y volverlos a entrar. Después, sobre el comportamiento se encargaba el cuidador”, detalló. Y añadió: “Principalmente estoy muy conforme con lo que hago. Disfruto siempre del trabajo porque que me gusta, aunque ahora pasé al sector de cuidado y mantenimiento de las canchas antes de las carreras, que también es interesante”.