Por Guido Brunet

Sus casas se transformaron en el hogar de una gran cantidad de perros que se encontraban abandonados. Muchos de ellos habían sufrido maltrato. Ellas los sacaron de la calle, los cuidan e intentan conseguirle una familia. Mientras tanto, viven junto a los perros, quienes “son casi como sus hijos”, dicen.

En El Hogarcito de Mari y Cari se cuidan a 60 animales y Los perritos de Graciela ya son 18. Todo se sostiene gracias a su compromiso por el bienestar de los animales, y la colaboración de muchas personas. Aunque también denuncian la gran cantidad de casos de maltrato y abandono que observan en la ciudad.

María Sosa y Carina Salgado hace 26 años empezaron a rescatar animales. En un comienzo iban con una moto intentando curar a los perros heridos en la calle. Poco a poco los fueron llevando a su casa de zona sur. “Los perros adoptados son perros que no van a terminar en la calle maltratados”, señala Mari a Conclusión.

Los ponemos en condiciones y les buscamos un hogar donde los tengan bien y los saquen de tanta maldad que hay”, comenta Mari.

Ya perdieron la cuenta de cuántos perros rescataron en todos estos años. Actualmente tienen 60 perros -entre ellos seis discapacitados-. El lugar, entonces, se convirtió en “El Hogacito de Mari y Cari”.

A pesar de las campañas que realizan, Mari asegura ve “muchísimos” casos de maltrato animal. “Pensamos que cada vez está peor la raza humana por todas las atrocidades que le hacen a los animales”, consideró.

Entre los 60 canes, muchos son de una edad avanzada, ya que la mayoría de las personas quiere adoptar cachorros, cuenta Mari. Pero la proteccionista afirma: “Hasta que no consigan un hogar no paramos, y si no seguirán con nosotros”. “Son como nuestros hijos practicamente”, completa.

Para pagar los gastos que implica mantener a tantos perros se pide la colaboración de quien pueda dar una mano. También hacen rifas y eventos para recaudar fondos. Gran parte de los gastos sale de los propios bolsillos de María y Carina con “mucho sacrificio” y otra porción de donaciones.

Por último, desde El Hogarcito piden a la gente que no compren animales, sino que adopten, ya que el comercio fomenta a los criaderos clandestinos. Mari, además, hace hincapié en la importancia de la estirilización, no solamente para evitar el abandono, sino también para que no contraigan determinadas enfermedades.

 

Graciela y sus perritos

En su vivienda de zona norte Graciela cuida de 18 perros. Hace once años empezó con esta vida. El primer perro le llegó cuando una amiga se enfermó y pidió que se lo cuidara. A partir de ahí los perros se fueron acumulando casi naturalmente. Ahora hay 18 en su casa, y llegó a tener algunos más. “Mientras una pueda ayudar, ayuda”, dice a Conclusión.

Con Los Perritos de Graciela el proceso es similar al de El Hogarcito, se los cura y se los intenta dar en adopción. Junto a un grupo de colaboradoras se ocupan de conseguirle la comida, llevarlos a la veterinaria y comprarles la medicación. Todos los animlaes se encuentran castrados y vacunados.

Todo se hace solamente con la colaboración de los vecinos. “Somos caraduras”, ríe Graciela. “Nunca les faltó comida porque nos movemos muchísimo”, remarca.

La mayoría de los que viven en la casa de Graciela son perros abandonados, y algunos fueron encontrados atropellados. “Se ven cosas muy feas, como maltrato y abandono. La gente a veces no tiene conciencia del mal que le hace al animal”, indica la mujer.

La adopción ahora “está difícil”. Graciela lo vincula a la situación económica por los costos de los alimentos o de veterinaria. “Hay mucha gente a la que le gustan los animales y quiere adoptar, pero no puede hacerse cargo de un animal”, asegura.

Graciela habla de sus perros como una padre habla de sus hijos. “Son muy buenos, cariñosos y están bien educados”, dice. Y expresa: “Los quiero muchísimo, hago cualquier cosa por ellos, pero también los reto, son como los hijos”.

A veces los perros me miran y me doy cuenta de qué necesitan. Estoy tanto con ellos y les presto tanta atención que ya me doy cuenta. Aparte los quiero mucho”. “Mucho mucho mucho, muchísimo”, reafirma.

Entre los perros están León, un ovejero tirado en un Fonavi; Oso, un viejito atacado por otros perros; Linda, una perrita que encontró llena de pulgas y garrapatas; y Beta y Beto, dos perros que aparecieron atados a su puerta una mañana.

Graciela cuenta que “a los perros viejitos casi nadie los quiere”. “Es un perro buenísimo, pero nunca tuvo suerte de ser adoptado”, comenta.

La gente tiene que tomar conciencia de que el animal es un ser vivo, si molesta no se lo puede abandonar, un perrito es como un hijo, no se lo puede abandonar”, afirma Graciela. También, como Mari, recomienda la castración y “no cargarse de animales si no se los puede cuidar”.

Actividades por el Día del Animal

En las escalinatas del Parque España (Sarmiento y el río) desde las 15 hasta las 18 tendrá lugar un encuentro impulsado por diferentes organizaciones, donde habrá stands -estará Los Perritos de Graciela-, música y se podrá adoptar perros y gatos.

Además, se entragarán distinciones a veterinarias y abogados proteccionistas de la ciudad.

Por su parte, El Hogarcito de Mari y Cari realizará una campaña este domingo por el Día del Animal, en la que mostrará a Leoncito. Van a vender ropa para juntar recursos, entre otras cosas, para realizar operaciones a algunos perros. La cita es en Oroño y el río el domingo desde las 15.

Para Mari, de El Hogarcito de Mari y Cari, “el domingo no tenemos nada que festejar” debido al gran maltrato y abandono que sufren muchos animales en la ciudad.