Desde hace cuatro meses, los cerca de 700 adultos mayores que viven en barrio Cabín 9, se quedaron sin la atención que les brindaba el médico de cabecera que los atendía en el Centro de Jubilados del barrio, luego de que se contagiara de Covid-19 y las secuelas le impidieran volver a cubrir su puesto. Es por eso que, tras repetidos reclamos, este martes se movilizaron a la sede de Pami Rosario para exigir una inmediata respuesta a un problema de fácil solución que los ha dejado sin la atención médica básica.

«Estamos así desde el 28 de noviembre. El médico para cubrir el puesto en el Centro de Jubilados está, sólo falta una autorización, una firma eso es todo», explicó María Eva a Conclusión a las puertas del Pami. «Hace cuatro meses que no tenemos atención médica, no tenemos recetas, ni análisis, ni siquiera pañales», señaló.

Segun detalló a este medio el grupo de jubilados que protestó frente a las oficinas de la obra social, el médico que los atendía y que debió dejar su puesto a causa de las mútliples secuelas que le dejó el coronavirus, había dejado listas las recetas médicas correspondientes para los tres meses subsiguientes. «Pero esos medicamentos ya se nos acabaron. Hay gente que tienen diabetes, problemas crónicos de presión, depresión… no pueden dejar la medicación de un día para otro».

Por su parte, Norma, otra de las manifestantes, remarcó que hicieron todo tipo de reclamos para que la cuestión se resuelva en tiempo y forma: «Hemos juntado firmas, llevamos el reclamo por escrito al Pami y a su directora Yanina Muratore, hemos llamado y no hemos obtenidos respuestas positivas».

Tras la protesta, los jubilados de Cabín 9 fueron recibidos por un funcionario de la administración de la obra social quien se comprometió a resolver el tema en forma inmediata. «Si eso no ocurre, si pasa toda la semana sin novedades, el viernes vamos a estar acá de nuevo», aseguraron.

Asimismo, remarcaron que el Centro del barrio tiene la personería jurídica que corresponde y todo en regla y está habilitado para tener un médico. «No estamos pidiendo nada nuevo ni nada raro, el médico está autorizado, sólo falta una firma», se quejaron. Y apuntaron que ante los primeros reclamos, les dijeron que podían hacerse atender en otros centros de jubilados. «Tienen que entender, hay gente que no tiene movilidad, ni dinero para trasladarse. No tienen sensibilidad. Sólo queremos que pongan el médico que nos corresponde».