La fuerte recesión económica propiciada por el gobierno de Javier Milei hizo sentir su impacto en comercios de Rosario, que son testigos del descenso abrupto en las ventas como consecuencia del deterioro del poder adquisitivo por parte de los consumidores, producto de medidas adoptadas tendientes a asegurar esta situación, como la licuación salarial con el plan motosierra.

Ello sumado a que los negocios también sufren el efecto de la crisis al encontrarse con aumentos desproporcionados en las facturas, lo que lleva a que deban elegir entre cerrar sus puertas por no poder pagarlas o bien empezar a reducir personal, alternativas ambas que complejizan aún más el escenario laboral, ya de por si dañado.

Ante esto, en diálogo con Conclusión, Juan Milito, presidente del Centro Unión Almaceneros, precisó como está la situación de los locales«Desde diciembre, que fue el mes más importante, viene decayendo en forma preocupante. Enero, febrero, marzo, fue así, en abril un poco menos, que también obedece a que llegamos a límites que son casi intolerables en lo que hace al consumo y a la viabilidad de nuestros negocios».

«Estamos hablando más del 30% en unidades físicas, o sea, si antes se vendía 100 latas de tomate o 100 kilos de azúcar, ahora se venden 70. Por otro lado, encontramos que los gastos físicos siguen creciendo en forma importante y hace a la inviabilidad de los negocios de nuestro sector», agregó.

Otro hecho que es palpable es el cambio en los hábitos de consumo de los ciudadanos, volcándose por opciones cercanas, sobre esto último profundizó: «En base a eso, nosotros tenemos una ventaja comparativa. Antes la gente iba más al hiper y hacia las grandes compras, hoy no pueden ir por semana, por quincena, ni hablemos por mes, por lo tanto vienen más seguido a los negocios de barrio».

«Se piensa mucho en lo que se compra en el día a día, porque a medida que va pasando el mes cada vez tienen menos dinero. Es evidente que se nos consulta permanentemente que es lo que está más barato, se van cambiando hábitos, se eliminó la gaseosa y todas esas cuestiones que parecen hoy un lujo, siendo que antes era algo corriente, en ese camino donde nosotros cada vez vendemos menos también», añadió.

Otra realidad acuciante son los desmedidos incrementos en las tarifas de servicio públicos. Ante este panorama, sentenció que «las alternativas de parte nuestra no están, creemos que los aumentos rondan entre un 250 y un 300% en lo que hace a luz, energía eléctrica. Lo que le planteamos a las autoridades provinciales, en este caso, es que la solución tiene que ser política, en el sentido de que se genere un bono provincial, para subsidiar el consumo, porque detrás de nosotros hay también empleados».

«En el marco de eso, creemos que, así como un Gobierno nacional hace un bono que paga en dólares y que realmente va a aumentar la deuda de todos los argentinos, en este caso le estamos pidiendo que se haga un bono, que se pueda negociar, para que se alivie por lo menos en lo inmediato el valor de la energía eléctrica», continuó.

«Por otro lado, no somos muy amigos de eso, pero ante la necesidad inminente y la imposibilidad de pagar la próxima factura de energía eléctrica, queremos que se permita pagar en seis cuotas, sin intereses y sin costo financiero, como para ir paleando en lo inmediato esta situación», informó, planteando algún tipo de auxilio a la hora de abonarlas.

«Hasta acá no se lo planteamos a la autoridad de la EPE, sabemos que está por encima de esto la solución, debe ser política y tiene que ver con el gobernador y con el Ministerio de Economía provincial. Los distintos sectores de comercio fueron claros y no hubo grieta en eso, va a ser muy difícil de pagar la próxima factura de energía eléctrica», concluyó.