JUEVES, 28 DE NOV

Facebook prohibe apoyar el supremacismo blanco y el separatismo

"Está claro que estos conceptos están profundamente vinculados a los grupos de odio organizados y no tienen cabida en nuestros servicios", dijo la compañía en un comunicado.

 

Facebook anunció el miércoles que prohibirá ensalzar o apoyar el supremacismo blanco y el separatismo, una nueva medida en el marco de su campaña para combatir el discurso de odio.

«Está claro que estos conceptos están profundamente vinculados a los grupos de odio organizados y no tienen cabida en nuestros servicios», dijo la compañía en un comunicado.

No se aplicará la nueva prohibición en caso de manifestaciones de orgullo estadounidense o el separatismo vasco, por ejemplo, al considerarlas «una parte importante de la identidad de las personas».

La restricción funcionará desde la próxima semana en la red social líder y en su filial Instagram.

Las políticas de Facebook ya prohibían las publicaciones que se refieran de manera discriminatoria a las personas sobre argumentos de su raza, origen étnico o religión.

Pero esa prohibición previa no se aplicó a algunas publicaciones que Facebook consideró manifestaciones conceptos de nacionalismo o independencia política más amplios.

La compañía sostuvo conversaciones con académicos y «miembros de la sociedad civil» en los últimos meses que, indicó, la llevaron a ver la vinculación del supremacismo blanco y el separatismo con grupos de odio organizados.

«En adelante, si bien las personas podrán seguir demostrando orgullo por su herencia étnica, no toleraremos elogios ni el apoyo al supremacismo blanco y al separatismo», indicó.

Las personas que ingresen búsquedas con términos asociados con el supremacismo blanco obtendrán resultados que los enviarán a fuentes como Life After Hate, una organización que ayuda a las personas a dar la espalda a ese tipo de grupos.

Presionada por gobiernos de todo el mundo, en los últimos años Facebook ha incrementado el uso de herramientas de inteligencia artificial para hallar y eliminar publicaciones que contienen discursos de odio, mientras intentan respetar la libertad de expresión.

«Desafortunadamente, siempre habrá gente que intente utilizar nuestros sistemas para propagar el odio», dijo Facebook.

«Nuestro desafío es seguir avanzando para mejorar nuestras tecnologías, desarrollar nuestras políticas y trabajar con expertos que puedan reforzar nuestros propios esfuerzos».

Difícil de implementar

Mark Potoki, un académico del Centre for Analysis of the Radical Right, cree que la nueva prohibición de Facebook podría limitar la difusión de una retórica de supremacismo blanco, pero puso en duda que libre al mundo de esa ideología.

«Veremos si podrán implementarlo», señaló.

«Hay miles de publicaciones de supremacismo blanco en Facebook todos los días. No pudieron frenar el video de Christchurch, así que será un desafío lograr esto», apuntó, en referencia a la transmisión en vivo de los ataques en dos mezquitas en Nueva Zelanda de este mes.

La masacre de Nueva Zelanda puso en evidencia el alcance global del movimiento del supremacismo blanco, que aboga por un ideal «europeo» imaginario, rechaza la inmigración y suele compartir violentas amenazas por Internet.

Algunos analistas consideran que es un movimiento cohesionado que se ha unido a través de las redes y se extiende a lo largo de Europa hasta Rusia, con amplio seguimiento en Estados Unidos y Canadá.

Además creen que representa una amenaza internacional como la del extremismo islámico e incluso más en Estados Unidos, donde los ataques supremacistas han superado a los de los yihadistas durante años.

Según algunos investigadores, el supremacismo blanco se ha visto alentado por la presencia cada vez más fuerte de políticos con posturas tradicionalistas y una línea dura con la inmigración, desde Marine Le Pen en Francia y Viktor Orban en Hungría, hasta el presidente ruso Vladimir Putin y el partido UKIP en Reino Unido.

Lo mismo se aplica para Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump basó gran parte de su campaña en un discurso antiinmigración, respaldado por una base de votantes predominantemente blanca.

Trump aparentemente autorizó la marcha de supremacistas blancos y neonazis de Charlottesville, Virginia, en 2017, y evitó condenar la violencia de extrema derecha ocurrida en el lugar.

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