Brasil espera la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) sobre la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva.

Este miércoles 4 de abril, 11 magistrados del Supremo analizarán un habeas corpus presentado por la defensa del principal favorito para las elecciones presidenciales de octubre.
De aceptar el recurso, el ex mandatario, de 72 años, seguirá en libertad mientras se cierra el proceso judicial en su contra, una decisión que quedaría en instancias superiores: el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y STF.
Lula ya fue condenado a 12 años y un mes de prisión en segunda instancia por supuesta corrupción asociada al caso Lava Jato, pero se encuentra apelando la decisión a la condena e introduciendo recursos que lo liberen de lo que ha denunciado como un persecución judicial liderada por el juez Sergio Moro.

Sin embargo, sería Moros quien podría ordenar su inmediata detención en caso de la sentencia del STF de este miércoles no sea favorable a Lula.
Serenidad o protesta

En víspera del fallo del STF, los brasileños han mantenido las concentraciones en respaldo al ex presidente y exigen sea respetado su derecho a la participación en la contienda electoral.

En un acto celebrado en Río de Janeiro este lunes, Lula ha reclamado a la Justicia de Brasil que le devuelvan su inocencia porque está siendo víctima de una mentira. «No van a encarcelar mis sueños», aseveró ante unos 5.000 brasileños.

Entretanto, la presidenta del Supremo, Carmen Lucía Antunes, pide «serenidad» a los ciudadanos para evitar el «desorden social».

«Vivimos tiempos de intolerancia y de intransigencia contra personas e instituciones», argumentó Antunes en un mensaje oficial difundido en TV Justicia.

Sobre su candidatura a la Presidencia
La decisión sobre el habeas corpus de este miércoles no incide directamente con su posible candidatura, pero sí ha aumentado la tensión en Brasil ante el avance de una causa que denuncian como injusta.

La presidenta electa de esta nación y destituida por un golpe parlamentario, Dilma Rousseff, se ha referido a esto en un encuentro con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro.

Señaló que los ataques de milicias ilegales contra la caravana de Lula por la nación son un síntoma de la «expansión del odio», luego de que se concretara el golpe en 2016, cuando se abrió la «caja de Pandora» de una extrema derecha fortalecida.

«Cada vez que siembras odio, cosechas la furia irracional de la violencia fascista», dijo Rousseff respecto al clima que podría marcar la campaña electoral próxima.

La posible participación comicial de Lula deberá ser decidida por el Tribunal Superior Electoral (TSE), bajo la llamada ley de Ficha Limpia que le impediría su postulación debido a su condena. Para ello, deberá emitir un fallo formal que no llegaría sino hasta agosto cuando el Partido de los Trabajadores (PT) debe inscribir la candidatura.