Varias ciudades de Francia fueron escenario este miércoles, por segunda noche consecutiva, de disturbios en protesta por la muerte de un joven de 17 años baleado en un control policial, pese a los llamados a la calma por parte del Gobierno, informó la prensa local.

En Nanterre, a 15 kilómetros al oeste de París, donde el muchacho fue asesinado el martes, se reprodujeron los incidentes del martes a la noche pese al anunciado despliegue de unos 2.000 efectivos antimotines.

Los manifestantes levantaron varias barricadas y quemaron más de una decena de vehículos, así como mobiliario urbano, y la policía detuvo al menos a 77 personas en París y sus alrededores.

Asimismo, los disturbios se extendieron por segunda noche consecutiva a otras zonas del país, tales como Lyon, en el este; Toulouse, en el sudoeste, y Lille, en el norte, según la agencia de noticias AFP.

Al respecto, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó que ciento cincuenta personas fueron detenidas tras una segunda noche de disturbios en todo el país.

Según el Ministerio, decenas de policías resultaron heridos durante los enfrentamientos.

«Una noche de violencia insoportable contra los símbolos de la República: ayuntamientos, escuelas y comisarías incendiadas o atacadas. 150 detenidos», dijo Darmanin en su cuenta de Twitter.

Más temprano, el funcionario dijo que durante el miércoles a la noche se desplegarían 2.000 policías en la región del oeste suburbano de París y en otras grandes ciudades -800 más que en la noche del martes- con el fin de «mantener el orden».

Paralelamente, el vocero del Gobierno, Olivier Verán, llamó «a la calma» para superar este momento de «emoción muy fuerte».

«Nada, nada justifica la muerte de un joven», dijo en Marsella el presidente, Emmanuel Macron.

«Las imágenes dan a pensar que no se respetó el marco de intervención legal», dijo a su vez la primera ministra, Elisabeth Borne, en una sesión de preguntas al Gobierno en el Senado.

Durante la noche del martes hubo disturbios en la región de París, sobre todo en Nanterre, donde Nahel, un repartidor de 17 años, perdió la vida en la mañana del miércoles durante un control policial cuando conducía un vehículo amarillo.

Los residentes protestaron frente a la sede de la policía. Algunos grupos incendiaron barricadas y basureros, destrozaron una parada de colectivos y arrojaron petardos a la policía, que respondió con gases lacrimógenos y granadas de dispersión, según videos difundidos por medios locales.

Más de 40 autos fueron quemados y 31 personas fueron detenidas en la noche del martes, según el balance de las autoridades.

«Nuestra ciudad se despertó conmocionada, dañada, marcada y preocupada por esta oleada de violencia», constató el alcalde de Nanterre, Patrick Jarry, llamando también a la calma y pidiendo «justicia para Nahel».

Las fuerzas de seguridad en Francia suelen ser blanco de acusaciones de uso excesivo de la fuerza, como durante la final de Liga de Campeones en 2022 o las pasadas protestas contra una impopular reforma jubilatoria.

Pero esta nueva tragedia relanzó el recurrente debate sobre la violencia policial, máxime cuando 13 personas murieron en circunstancias similares en 2022. A mediados de junio un guineano murió cerca de la ciudad suroccidental de Angulema por un disparo de un agente.

En el caso de Nahel, un video publicado en redes sociales muestra como uno de los dos agentes lo retiene a punta de pistola y le dispara a quemarropa cuando acelera. En la grabación se escucha «vas a recibir una bala en la cabeza», aunque no queda claro quién lo dice.

La fuga del joven terminó unas decenas de metros más allá, cuando el coche se estrelló contra un poste. La víctima falleció poco después tras haber recibido una bala en el tórax.

Yassine Bouzrou, abogado de la familia de Nael, reveló que buscaran que el autor del disparo sea acusado de asesinato en lugar de homicidio involuntario y que pedirán que la investigación se transfiera a una región diferente porque temen que los investigadores de Nanterre no sean imparciales, informó la televisora CNN.

Además, refutó una supuesta declaración de la Policía acerca de que sus vidas corrían peligro porque el conductor había amenazado con atropellarlos.

En un mensaje en la red social TikTok, la madre del joven asesinado convocó a marchar este jueves a las 14 (las 7 de la Argentina) cerca del lugar del episodio en homenaje a su hijo: «Es una revuelta por mi hijo», afirmó.

Los hechos crearon una oleada de indignación, sobre todo entre la oposición de izquierda, y la Asamblea Nacional (cámara baja) observó un minuto de silencio.

«La pena de muerte ya no existe en Francia. Ningún policía tiene el derecho de matar, salvo en legítima defensa», tuiteó el político izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

Futbolistas, como el jugador del Barcelona de España Jules Koundé, y celebridades se sumaron a las críticas pidiendo una «justicia digna», en palabras del popular actor Omar Sy.

«Me duele mi Francia», tuiteó la estrella del Paris Saint-Germain (PSG) Kylian Mbappé, quien en 2020 ya reaccionó a la paliza propinada por agentes de la policía a un productor de música negro, Michel Zecler, en París.

La derecha y la extrema derecha, así como el ministro del Interior, pidieron respetar también «la presunción de inocencia» de los policías.

En ese sentido, uno de los principales sindicatos de la Policía, criticó que Macron así como otros políticos y artistas hayan condenado al policía antes de que la Justicia se pronuncie.

«Utilizando palabras como ‘inexplicable e inexcusable’, contrariamente a sus declaraciones de que apoya a la policía, es inconcebible que el presidente de la República, al igual que ciertos políticos, artistas y otros, burlen la separación de poderes y la independencia del Poder Judicial condenando a nuestros colegas antes, incluso, de que el poder judicial haya dado su veredicto», escribió el sindicato Alliance en un comunicado.

El agente de 38 años que disparó se encuentra en custodia policial en el marco de una investigación por homicidio voluntario por parte de un funcionario público, indicó la fiscalía.

El Ministerio Público abrió otra por el rechazo de la víctima, que, según los medios, estaba fichada por la Policía por hechos similares, a obedecer las órdenes de los agentes y por intento de homicidio voluntario contra un funcionario.

La defensora del pueblo, Claire Hédon, también anunció una investigación de los hechos.

En mayo, varios países expresaron su preocupación ante las Naciones Unidas por la violencia policial en Francia, así como por la discriminación racial, durante el examen periódico al que se someten cada cuatro años los países de la ONU.