La Corte Suprema de Estados Unidos validó este martes el decreto de Donald Trump que pone obstáculos al ingreso de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes, cuando su política de «tolerancia cero» fue suspendida por falta de espacio de detención para todas las familias que cruzan la frontera con México.

Por cinco votos a cuatro, la corte consideró válida la última versión del decreto, que afecta el ingreso de ciudadanos de cinco países mayoritariamente musulmanes (Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen), así como de Corea del Norte, y también de algunos funcionarios específicos de Venezuela.

El gobierno de Trump consideró el decreto una medida necesaria ante las preocupaciones por la seguridad nacional. «En resumen, el lenguaje… es claro y el decreto no excede ningún límite de la autoridad del presidente», escribió el juez John Roberts.

La versión aprobada del decreto aplica a unas 150 millones de personas, habitantes de los seis países, y es considerado «anti- musulmán» por sus opositores.

«El Estado presentó una justificación suficiente en términos de seguridad nacional», afirma Roberts en su fundamentación.

El texto en cuestión es la tercera versión de un decreto que había provocado una ola de rechazo mundial luego de ser puesta abruptamente en vigor por la Casa Blanca el 27 de enero de 2017, una semana después de que Trump asumiera la presidencia.