Al menos 32 personas murieron hoy en Kabul en un atentado suicida reivindicado por el Estado Islámico (EI) y cometido durante una ceremonia religiosa en una mezquita chiita de la capital de Afganistán, informaron autoridades.

A través de un comunicado difundido en Twitter, la organización yihadista se adjudicó el ataque suicida que sacudió a la capital afgana durante el mediodía de hoy, y que causó al menos 32 muertos y 85 heridos, según cifras de la misión de la ONU y el Ministerio de Salud local.

En su reivindicación, el EI detalló que el atacante, llamado Hamza al Jarasani, hizo explotar un chaleco cargado con 16 kilos de explosivos en el interior de un templo de los «renegados», donde cerca de un millar de ellos estaban llevando a cabo sus rituales «apóstatas».

El ataque tuvo lugar alrededor del mediodía, cuando el atacante se lanzó contra las decenas de personas que participaban en una ceremonia en la mezquita chiita de Baqir-ul-Olom, situada en un barrio donde predomina la minoría hazara de Kabul, explicó el Ministerio del Interior.

Ayer tuvo lugar, en diferentes mezquitas y centros religiosos de todo el país y entre estrictas medidas de seguridad, el Arbain, una importante celebración con la que los chiitas recuerdan la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, asesinado en el año 680 en lo que hoy es Irak.

Ismail Kawusi, un funcionario del Ministerio de Salud Pública, indicó que «desafortunadamente algunas personas realizaron hoy otra ceremonia tras el Arbain y un suicida entró en la mezquita de Baqir-ul-Olom detonando sus explosivos cuando decenas de personas se encontraban en la celebración».

La misión de la ONU en Afganistán (Unama) dijo que al menos 32 personas murieron en el ataque, mientras que Kawusi cifró en más de 30 los muertos y en 85 los heridos, informó la agencia de noticias EFE.

Inicialmente, el responsable del departamento de investigación criminal de la policía en Kabul, Faraidon Obaidi, había informado que la cifra de muertos era 27, aunque ya había anticipado que la cantidad de víctimas podían ascender.

Pese a que los hazara son una minoría que suele ser blanco de los ataques de los talibanes, desde un primer momento este grupo rechazó toda conexión con el atentado, algo que se confirmó después con la reivindicación del EI.

El primer ministro afgano, Abdullah Abdullah, condenó el atentado y lo calificó de «crimen de guerra».
A principios de octubre, el EI se responsabilizó de un atentado cometido contra un santuario chiita en Kabul, en el que mató 14 personas y causó heridas a otras 30.

Antes, en julio, un atacante suicida del EI se inmoló contra un grupo de hazaras que participaban de una manifestación en Kabul y causó más de 80 muertos y de 300 heridos.
Afganistán vive un recrudecimiento de su conflicto interno tras la retirada el 1 de enero de 2015 de la misión militar de la OTAN en el país, que ha sido sustituida por otra de apoyo y capacitación que cuenta con alrededor de 13.000 efectivos.

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