La ciudad de Nueva York se convertió en la primera ciudad de EE. UU en aprobar una legislación que limita el número de vehículos de paseo de Uber en la ciudad.

La ley frena durante un año la concesión de nuevas licencias para Uber y otros servicios de transportes. Además establece un marco de tarifas para los choferes. Este podría ser el puntapie inicial para que otras ciudades del mundo comiencen a aplicar medidas similires.

Ritchie Torres, miembro del consejo representante del Bronx central dijo:

«La ciudad de Nueva York no se mantendrá ociosa mientras el crecimiento sin restricciones en el sector de alquiler ocasiona un empeoramiento de la congestión del tráfico, una creciente degradación ambiental y un sufrimiento humano cada vez más profundo»

Uber, luego de esta decisión, advirtió a sus usuario que esta normativa generará aumento  de precios y esperas más largas cuando ya no puedan afrontar el aumento de demanda.