MARTES, 26 DE NOV

Turquía: cadena perpetua para 34 golpistas que planeaba «matar a Erdogan»

Alrededor de treinta personas fueron condenadas a cárcel perpetua por haber intentado asesinar al mandatario turco Recep Tayyip Erdogan durante el fallido golpe de estado del 15 de julio del año pasado. 

Treinta y cuatro personas fueron condenadas a cárcel perpetua por haber intentado asesinar al presidente turco Recep Tayyip Erdogan durante el fallido golpe de estado del 15 de julio de 2016, informaron los medios de comunicación turcos.

Un tribunal de Mugla (suroeste) condenó a 34 personas a cadena perpetua, entre ellos al general de brigada Gokhan Sonmezates, designado como el jefe del grupo de golpistas cuya misión era «capturar o matar» a Erdogan, indicaron los canales de información NTV y CNN-Türk.

El tribunal absolvió además a un militar y resolvió disociar del caso a otros tres acusados, entre ellos el predicador Fethullah Gülen, designado por el gobierno como cerebro del fallido golpe de estado, cosa que el imputado niega.

Se trata del juicio más importante después de la tentativa de golpe de estado que causó 250 muertos, dejando de lado las víctimas golpistas.

Durante el golpe de estado, cuando los golpistas intentaban ampararse de los centros de poder en Estambul y Ankara, un comando de paracaidista tomó por asalto el hotel donde Erdogan estaba de vacaciones en Marmaris, suroeste de Turquía.

Según Erdogan, los golpistas, cuya misión era matarlo o capturarlo, llegaron al hotel poco después de su partida.

Dos policías encargados de la protección de Erdogan murieron en el tiroteo que se produjo en el hotel.

Tras fracasar en su misión, los golpistas se refugiaron en los alrededores de Marmaris y fueron capturados varios días después.

El predicador Gülen, exiliado en Estados Unidos desde los años noventa, era juzgado en ausencia.

El juicio, que se inició en febrero, se desarrolló en un ambiente muy tenso, con manifestantes que reclamaban en cada audiencia la pena de muerte para los acusados.

Tras el golpe de estado, las autoridades turcas lanzaron una respuesta implacable, persiguiendo a los partidarios de del predicador Gülen.

El gobierno puso en marcha una purga sin precedentes para «limpiar» las instituciones infiltrada, según las autoridades, por el movimiento de Gülem.

Desde julio de 2016, unas 50.000 personas fueron detenidas y más de 140.000 destituidas o suspendidas.

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