El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acudió hoy a una tradicional ceremonia religiosa ecuménica en la Catedral Nacional de Washington, el día después de su investidura, mientras cientos de miles de personas tomaban las calles de la capital para protestar en su contra.

Religiosos cristianos, judíos, musulmanes y de otros credos ofrecieron sus oraciones por el futuro de la nación y por la presidencia de Trump.

«Dios todopoderoso y eterno (…) conceda al presidente, vicepresidente y a los miembros del gabinete sabiduría y gracia (…) para que puedan servir al pueblo de su nación y promover la dignidad y libertad de todos», dijo el obispo Harry Jackson, pastor afroamericano de una iglesia de Maryland, consignó la agencia de noticias DPA.

El tradicional servicio religioso se remonta a la investidura del primer presidente del país, George Washington, y se ha celebrado siete veces en la gran catedral de estilo neogótico situada en el noroeste de Washington.

«En este momento de renovación para nuestro país, Trump se digna a hacer una pausa y reunirse con líderes de diferentes tradiciones religiosas (…) para pedir su bendición a la paz y prosperidad de nuestro país», dijo Sara Armstrong, que dirige el Comité Inaugural Presidencial.

El servicio ecuménico se celebró mientras decenas de miles de personas salieron a las calles de Washington y en otras ciudades del país, en la mayor protesta que ha habido hasta ahora contra un nuevo presidente de Estados Unidos.

Más tarde estaba prevista la visita de Trump a la sede de la CIA para reunirse con los responsables de inteligencia, con quienes mantuvo un enfrentamiento por el caso del ciberespionaje contra el Partido Demócrata, tras cuestionar el informe de que Rusia estaba detrás del mismo