Siete precandidatos a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano debatieron durante la noche del miércoles, en el marco de sus campañas hacia las elecciones primarias pero, más allá de sus diferencias, centraron sus principales críticas en la figura del expresidente y favorito Donald Trump, ausente en la cita.

El magnate, de 77 años, anunció en agosto que evitaría los debates, normalmente un componente básico de las contiendas por la nominación presidencial, porque, alegó, no tiene necesidad de perder el tiempo con sus distantes contrincantes.

Trump, que enfrenta múltiples causas penales que van desde el manejo indebido de secretos de Estado hasta la conspiración para anular los resultados de las elecciones de 2020, prefirió reunirse con trabajadores en huelga de la industria automotriz en el disputado Estado de Michigan.

La ausencia de Trump en el debate provocó que el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el mayor antagonista del exmandatario entre los aspirantes, lo acusara de esconderse «tras las paredes de sus clubes de golf».

«Estás eludiendo estas cosas, y déjame decirte lo que va a pasar. Si sigues haciendo eso, nadie aquí arriba te va a llamar Donald Trump nunca más. Te llamaremos ‘Pato Donald'», dijo, ganándose abucheos por el comentario, reseñó la agencia de noticias AFP.

Christie se enfrentó al principal rival de Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis; al recién llegado a la política Vivek Ramaswamy, a la exembajadora ante la ONU Nikki Haley y al ex vicepresidente de Trump, Mike Pence.

El senador de Carolina del Sur Tim Scott y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, completaron la lista de participantes en el foro moderado por Fox Business y Univisión en Simmi Valley, California.

La discusión había empezado con una pregunta sobre las causas que originaron la huelga de los trabajadores de la industria automotriz, y mientras Ramaswamy expresó su simpatía por los obreros, Scott dejó claro que la prioridad era la inmigración y no el trabajo.

«Joe Biden no debería estar en el piquete. Debería estar en la frontera sur, trabajando para cerrar nuestra frontera sur, porque es insegura, abierta de par en par e insegura», dijo Scott.

A más de 3.000 kilómetros de distancia, en Michigan, Trump intentaba posicionarse entre la clase obrera y atacar la postura pro-trabajadores cultivada por el presidente Biden, quien visitó a los sindicalistas en huelga en ese estado el martes.

«Joe Biden dice ser el presidente más prosindical de la historia. Son tonterías. Piénselo. Toda su carrera ha sido un acto de traición económica y destrucción sindical», dijo Trump en un discurso en una fábrica no sindicalizada.

Los problemas legales de Trump no han hecho mella en su liderazgo, con el 59 % de intención de voto entre los votantes republicanos en las primarias, según una nueva encuesta de NBC News, con DeSantis en un distante segundo lugar con el 16%.

La campaña de Trump emitió un comunicado antes del debate en el que se burlaba de DeSantis y predecía que «se agitaría como un muñeco en el escenario mientras intentaba confundir a los votantes sobre el historial» del exmandatario.

A pesar de ser el principal aspirante en el escenario, a DeSantis no se le hizo ninguna pregunta en los primeros 16 minutos. Cuando le llegó su turno, aprovechó la oportunidad para arremeter contra el favorito por no presentarse.

«Donald Trump está desaparecido en combate, debería estar en este escenario esta noche», dijo. «Él se lo debe a ustedes, para defender su récord, en el que se añadieron 7,8 billones de dólares a la deuda que preparó el escenario para la inflación que tenemos».

Christie criticó la gestión del expresidente en el control de la inmigración, un tema central en el actual punto muerto sobre la financiación del Gobierno que amenaza con paralizar sus gastos.

La exgobernadora Haley, por su parte, llegó al debate disfrutando de un ascenso en las encuestas, que indican que probablemente le iría mejor que a todos los candidatos, incluido Trump, en un «mano a mano» con Biden.