El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, reiteró la necesidad de unidad en su Gobierno, prometió que seguirá trabajando «en lo que importa al pueblo británico» y reclamó a sus ministros «progresos» en las «prioridades del Ejecutivo», un día después de superar una moción de censura interna por las críticas contra él por el llamado «Partygate».

«Este es un Gobierno que da resultados en aquellos temas sobre los que la población del país está más preocupada», dijo el premier, al tiempo que se comprometió a seguir dando respuestas a esas prioridades.

Tras subrayar que su administración está del lado del «trabajador pueblo británico», recordó el compromiso de su gestión de destinar 37.000 millones de libras (43.200 millones de dólares) para ayudar a las familias británicas a enfrentar la inflación desatada por la guerra en Ucrania, que se financiará parcialmente con un impuesto temporal del 25% a las riquezas extraordinarias de las empresas de petróleo y gas.

«Hemos hecho que nuestras comunidades sean más seguras contratando a 13.500 policías más y hemos hecho frente a los problemas en el sistema sanitario a causa del coronavirus abriendo cerca de cien centros de diagnóstico comunitario para que la gente pueda tener cuidados más cerca de casa», explicó.

Downing Street, por otra parte, señaló en un comunicado que Johnson encabezará durante esta jornada una reunión del gabinete en la que pedirá a los ministros que se esfuercen para «aliviar las presiones financieras sobre las familias, hacer más rápido y fácil el acceso a los servicios sanitarios, hacer que las calles sean más seguras y hacer avanzar y unir al país».

El premier -señala el texto- «presentará su visión para las próximas semanas, en las que el Gobierno presentará nuevos compromisos políticos que seguirán generando una diferencia real en la vida de la gente».

«Esto incluirá medidas para reducir los costos de cuidado de hijos para los padres y un renovado impulso para introducir a más gente en la ‘escalera de propiedad'».

Johnson superó en la tarde de ayer la moción de censura planteada por los propios diputados del Partido Conservador tras hacerse con el respaldo de 211, mientras que 148 votaron en contra.

El premier calificó el resultado como «convincente» y «concluyente», que significa que el Gobierno puede «seguir».

Johnson superó los 180 votos para mantenerse en el poder, pero haberlo logrado por un estrecho margen, hace vislumbrar un futuro incierto, ya que la historia indica que por lo general en este tipo de situaciones, un primer ministro al final es destituido.

El propio Johnson afirmó cuando su predecesora, Theresa May, se sometió a esta moción de censura y logró un 63% de apoyo que fue «un muy mal resultado, mucho peor de lo que parece».

Johnson consiguió menos de los 226 votos equiparables al resultado de May, por lo que supone un duro revés para el mandatario.

May finalmente abandonó el cargo seis meses después de la moción de censura interna.

Según la normativa interna del Partido Conservador, Johnson no puede ser sometido a una nueva moción de censura hasta dentro de doce meses, por lo que se garantiza este plazo sin amenazas a su liderazgo.