De izquierda a derecha: Gustavo Petro, Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo. Foto: Corta

El domingo 29 de mayo, cerca de 38 millones de colombianos están habilitados para elegir en primera vuelta al sucesor de Iván Duque Márquez, en 110.758 mesas y en 12.262 centros de votación en el país. Además, poco más de 900.000 personas están inscriptas para emitir sus votos en el exterior, en 1.251 mesas en 250 centros de votación en 67 países.

Sin embargo, al acercarse las horas al sufragio entre los candidatos, la tensión habitual frente a la inminencia de los comicios dejó lugar este viernes a algunas sospechas sobre el funcionamiento del software que se utilizará en el escrutinio, cuestionado por la oposición desde hace varios meses, pero confirmado por el Gobierno de Iván Duque Márquez.

El candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, señalado por todos los sondeos como favorito a alzarse con el primer puesto el domingo, salió este viernes a jugar fuerte en el terreno de la denuncia de sospechas nada menos que ante las 44 mujeres y 43 hombres de 29 nacionalidades que tienen a su cargo la misión de observadores internacionales del proceso.

Petro pronunció un mensaje breve ante los delegados y delegadas de manera virtual dado que prefirió no asistir al hotel céntrico donde se hizo la reunión, y donde su presencia era aguardada con amplia expectativa de los medios de comunicación, expresó el candidato de la izquierda.

Al consultar sobre las campañas de Gutiérrez y Hernández –quienes según los sondeos pelean el preciado segundo lugar en los comicios que les permitiría ir a un probable balotaje- sobre si tendrían alguna actividad (más allá del debate de esta noche), pero en ambos casos las respuestas fueron negativas.

En Colombia, gana el candidato presidencial que obtenga la mitad más uno de los votos. Algunos analistas prevén que Gustavo Petro no ganará la primera vuelta, si eso ocurriera, con quien competiría en el ballotage.

Fajardo, en tanto, hizo reuniones en la calle con algunos de sus seguidores y mantuvo sus declaraciones acerca de que descree de las encuestas, que en sus últimas mediciones redujeron sus apoyos a alrededor del 5% de los votos.

En el video con el que se dirigió a los observadores Petro lamentó que el Gobierno no haya accedido a que se realice una auditoría externa al software que se utiliza para el conteo, perteneciente a una empresa privada. «Tenemos un gran problema, y es que no ha sido permitida la auditoría técnica al software con el que se cuentan los resultados de las más de 110 mil mesas electorales», comenzó diciendo el candidato.

«La auditoría era una garantía», lamentó, y pidió a los observadores que se dirijan a la Registraduría Nacional –órgano a cargo de los comicios- para pedir explicaciones al respecto. «Por lo demás, estamos tranquilos, esperando la jornada electoral del domingo», cerró el exalcalde de Bogotá.

 

El argentino Oscar Laborde, observador por el Parlasur y presente en la reunión, había adelantado su preocupación por el hecho de que no se haya procedido con la auditoría técnica, especialmente después de que en las elecciones parlamentarias de marzo hubo un millón de votos que estuvieron en duda.

«Sobre 22 millones de votos hubo un millón que no queda claro dónde fueron a parar», enfatizó Laborde, quien también apuntó como factores negativos amenazas a varios candidatos, en especial a los que se presentan por el Pacto Histórico, y la suspensión «a mi juicio injusta» del cargo del alcalde de Medellín, Daniel Quintero (izquierda).

La Procuraduría General de Colombia suspendió este mes a Quintero por un video en el que expresó, de forma indirecta aunque clara, su apoyo a la candidatura de Petro.

Respecto de las amenazas, la referencia tenía que ver con diversos panfletos que se viralizaron por redes sociales en los últimos días procedentes de grupos paramilitares y dedicados al narcotráfico, cuyas consignas coincidían básicamente en las advertencias de estos sectores de ultraderecha de prometer «limpiar de comunistas» a los gobiernos de todos los niveles y a sus votantes.

La última amenaza se conoció en las últimas horas en la zona del Valle del Cauca, donde está la ciudad de Cali, lanzada por el grupo Águilas Negras contra los votantes de la fórmula presidencial que Petro integra junto con la militante negra Francia Márquez.

El chileno Marco Enríquez-Ominami, también observador en el proceso electoral pero por la candidatura de Petro y por el Grupo de Puebla, prefirió «ser optimista de que nos van a regalar una elección ejemplar», como la que puede brindar «una democracia robusta como la de Colombia», señaló el observador.