El tramo submarino del nuevo gasoducto Turkish Stream fue inaugurado este lunes por los presidentes de Rusia, Vladimir Putin y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

Durante una ceremonia oficial llevada a cabo en Estambul, Putin adelantó que para completar la obra, los tramos terrestres serán llevados adelante “al mismo ritmo” que la sección submarina, gracias a la “voluntad política” y al “coraje” exhibidos por Ankara en la construcción de la megaobra.

Sin esta confianza, tales proyectos no se pueden implementar, aseguró el primer mandatario ruso, quien valoró que este tipo de proyectos “no están dirigidos en contra de los intereses de nadie”.

Gazprom, el gigante energético ruso, comenzó el tramo marítimo debajo del Mar Negro del Turkish Stream en mayo de 2017, cuyos plazos “fueron excepcionalmente acortados”, según indicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

A su turno, Erdogan dijo que “el Turkish Stream tiene muchas ventajas, no sólo para Turquía, sino también para sus vecinos y la región”.

“Nuestra colaboración con Rusia avanza en un varias áreas. Nuestra meta es llegar a un volumen comercial de 100 mil millones de dólares con Rusia. Desde 1987 Turquía ha realizado una adquisición de 387 mil millones metros cúbicos de gas natural a Rusia, esto es la indicador de que nuestras relaciones superaron cada tipo de prueba”, estimó el primer mandatario turco para enseguida valorar: “Nosotros nunca hemos determinado el marco de nuestras relaciones con Rusia según las demandas o las imposiciones de otros países. Estoy convencido de que nuestra solidaridad con el Señor Putin y el pueblo ruso será el notificador de más grandes proyectos y noticias buenas para nuestros países”.

La próxima etapa del proyecto es la que consiste en extender el gasoducto unos 180 kilómetros por tierra, que completarán la obra para que puedan ser enviados hasta 31.400 millones de metros cúbicos de gas natural por año.