El Kremlin comunicó este lunes que el llamamiento del papa Francisco a entablar conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania era “bastante comprensible” y que Rusia estaba dispuesta a sentarse, pero que Kiev había descartado las conversaciones debido a su visión errónea de que Occidente podía derrotar a Rusia.

Francisco afirmó que Ucrania debería tener lo que ha llamado el valor de izar la «bandera blanca» para negociar el fin de un conflicto que mató a decenas de miles de personas.

Mientras Rusia califica la arremetida contra Ucrania como una «operación militar especial» para garantizar su propia seguridad, Kiev y Occidente la consideran una brutal guerra de conquista al estilo colonial.

«Es comprensible que se haya pronunciado a favor de las negociaciones», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, al ser preguntado por las declaraciones del Sumo Pontífice.

Peskov deslizó que el presidente Vladímir Putin había hablado en repetidas ocasiones de la voluntad y la apertura de Rusia a las negociaciones, pero que Ucrania había rechazado tales propuestas.

«Desgraciadamente, tanto las declaraciones del Papa como las reiteradas declaraciones de otras partes, incluidas las nuestras, recibieron recientemente negativas absolutamente duras», declaró Peskov.

Además, el vocero del Kremlin comentó que la situación en el campo de batalla demostraba que las esperanzas occidentales de infligir una «derrota estratégica» a Rusia eran erróneas.

«Este es el más profundo error de concepto, el más profundo error, y el curso de los acontecimientos, principalmente en el campo de batalla, es la prueba más clara de ello», deslizó Peskov.

En tanto, Ucrania rechazó el llamamiento de Francisco a negociar el fin de la guerra con Rusia.

Por otro lado, funcionarios europeos que apoyan a Ucrania en sus esfuerzos por expulsar a las tropas rusas denunciaron los últimos comentarios de Francisco.

«¿Qué tal, para equilibrar, animar a Putin a tener el valor de retirar su ejército de Ucrania?», escribió en X el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski.

En tanto, el presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, también escribió en X, «no hay que capitular ante el mal, hay que combatirlo y derrotarlo, para que el mal levante la bandera blanca y capitule».

Rusia había intensificado los bombardeos en los puertos ucranianos, incluido el de Odesa, y de las infraestructuras cerealistas después de que Moscú se retirara el pasado verano de un acuerdo auspiciado por la ONU que permitía el flujo de algunas exportaciones de alimentos, a pesar de la guerra, ahora en su tercer año.

Por su parte, el presidente Volodímir Zelenski ofreció una estadística bélica a última hora del domingo según la cual el ejército ruso había lanzado 175 drones contra diferentes objetivos en Ucrania desde principios de marzo, 151 de los cuales fueron derribados.