En medio de nuevos ataques a Kiev por tercera noche consecutiva que causaron al menos cuatro heridos, Rusia alertó este jueves que los aviones de combate F-16 que Estados Unidos enviará a Ucrania tienen capacidad de cargar armas atómicas, por lo que son considerados una «amenaza nuclear» por el Kremlin.

Mientras Kiev aseguró haber destruido 20 drones de ataque y dos misiles de crucero, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, señaló en una entrevisa con el diario online Lenta.ru: «Consideraremos el hecho de que las fuerzas armadas de Ucrania tengan tales sistemas como una amenaza de Occidente en el ámbito nuclear».

«Rusia no puede ignorar la capacidad de estos aparatos para transportar cargas nucleares», destacó el jefe de la diplomacia rusa, que afirmó que Moscú advirtió a Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.

«Estados Unidos y sus satélites de la OTAN crean riesgos de un enfrentamiento armado directo con Rusia y eso puede tener consecuencias catastróficas», alertó el ministro, según recogió la agencia de noticias AFP.

Estados Unidos rechazó durante mucho tiempo la petición de Ucrania de enviar cazas F-16 para evitar una escalada del conflicto, pero en mayo accedió ante la insistencia de Kiev. No hay precisiones sobre cuándo llegarán los aviones ni cuántos son, pero se sabe que una coalición de 11 países estará encargada de entrenar a los pilotos.

En otro orden, a pocas horas de la última cumbre de la OTAN, que decidió otorgar un respaldo político a Ucrania -pero no certezas sobre su futuro ingreso a la alianza militar-, el Kremlin advirtió que «el posible uso de bombas de racimo en el conflicto cambia la situación y, por supuesto, obliga a Rusia a tomar ciertas contramedidas».

Las advertencias, formuladas Lavrov y el portavoz oficial del Kremlin, Dmitri Peskov, se conocen después de la última cumbre de la OTAN en Lituania y en paralelo a la visita que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realiza en Finlandia, nuevo miembro de la alianza militar occidental.

Biden se reunirá este jueves con el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, principal artífice de la entrada del país a la alianza militar.

Después de dos días de deliberaciones en Vilna, Lituania, la OTAN volvió a respaldar a Ucrania en la guerra que mantiene con Rusia y los líderes del G7 (que agrupa a los países más ricos del planeta) se encontraron con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al margen de la cita y anunciaron un plan de apoyo militar a largo plazo que incluye la entrega de equipamiento bélico a las fuerzas ucranianas, que desde hace 500 días resisten una invasión rusa.

En paralelo, el portavoz Peskov avisó que el suministro de municiones de racimo a Ucrania cambia la situación y obliga a Rusia a tomar «contramedidas».

El pasado 7 de julio, Biden anunció los planes de empezar a suministrar a Ucrania municiones de racimo.

De acuerdo a fuentes estadounidenses, Ucrania recibirá munición de racimo М864 de 155 mm para artillería, particularmente para los cañones autopropulsados М109 Paladin y obuses remolcados M777.

Las municiones de racimo producen una gran área de impacto porque explotan en el aire dispersando submuniciones.