El ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, renunció este jueves al gobierno de Jair Bolsonaro para ocupar un cargo en el directorio del Banco Mundial.

Antes de su dimisión, no dejó pasar su fastidio con algunos de los miembros de la corte suprema brasileña, a los que tildó de «delincuentes» y a la vez consolidó su vínculo con Bolsonaro, a quien le juró fidelidad política.

«En este momento no quiero discutir los motivos de mi salida», indicó Weintraub, cuya gestión estuvo marcada por un estilo agresivo y con fuertes críticas de estudiantes, profesores y especialistas del área educativa.

La gestión de Weintraub estuvo envuelta en varios escándalos, entre ellos un tuit de corte racista contra China, principal socio comercial de Brasil y ataques contra los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF), que tienen en manos varios procesos que pueden poner en serias dificultades a Bolsonaro y a su familia.

Bolsonaro, luego de aceptar la renuncia de Weintraub, aseguró que todos sus compromisos de la campaña siguen en pie: «Jamás dejaremos de luchar por la libertad y yo hago lo que pueblo quiere».

El gobierno no anunció hasta el momento quien lo reemplazará en Educación.

Hacia el millón de casos y de 50 mil muertes

El Ministerio de Salud informó este jueves que hubo un incremento de 23.050 contagios por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que refuerza al país como uno de los focos globales de la pandemia con un total de 978.142 infectados.

En tanto, el gigante sudamericano superó por tercer día seguido los 1.200 fallecidos diarios -fueron 1.204- por Covid- 19 y ahora registra 47.748 decesos, lo que lo ubica como el segundo país en número total de muertes e infectados por esta enfermedad por detrás de Estados Unidos.

El número de recuperados se ubica en los 482.102, lo que representa el 49 % del total de pacientes con la enfermedad.

Más allá de este panorama crítico, la OMS afirmó esta semana que ve una cierta estabilización de la pandemia en Brasil, aunque advirtió que aún es pronto para decir que se ha llegado al pico de la llamada curva epidemiológica.

El presidente Jair Bolsonaro, fiel a su estilo, fue categórico al analizar la crisis sanitaria que atraviesa su país: «Brasil no aguanta más el ‘quédese en casa'», afirmó en una transmisión vía redes sociales.