El llamado a elecciones anticipadas en Reino Unido por parte de su primer ministro, Rishi Sunak, tendrá su resolución este jueves, después de que los ciudadanos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte emitan su voto para elegir su representación parlamentaria y un nuevo primer ministro.

Los principales rivales serán el propio Sunak por el Partido Conservador y Keir Starmer por el Partido Laborista. Además, se presentarán otras agrupaciones políticas como los Liberal Demócratas, el Partido Nacional Escocés (SNP), Reform UK y los Verdes.

La campaña electoral de ambos fue signada en su última etapa por la advertencia de que, si el rival gana, Reino Unido se enfrentará a una grave crisis económica.

Según los encuestadores, las previsiones de un rotundo triunfo laborista no están en duda, cuestión que fue reafirmada por el actual secretario de Estado para el Trabajo y las Pensiones, Mel Stride, al declarar en la BBC: «Acepto totalmente que donde están las encuestas en este momento significa que mañana es probable que vea la mayoría laborista más grande, la mayoría más grande que este país haya visto jamás,»

«Lo que importa ahora es qué tipo de oposición tenemos, qué tipo de capacidad para examinar el Gobierno existe dentro del parlamento”.

Al ser consultado Sunak por los dichos de Stride, el primer ministro respondió con una fórmula de sesgo evasivo: “Estoy luchando duro cada voto”.

Algunas encuestas marcan una diferencia de unos 20 puntos a favor de los laboristas, que aún sería superior a la que consiguió Tony Blair en 1997, y estiman que los conservadores podrían ganar la menor cantidad de escaños desde que se fundó el partido en 1834.

Otros análisis muestran márgenes de victoria más acotados, pero ninguno predijo un resultado final diferente.