Una persona murió y al menos otras cinco resultaron heridas tras un ataque este domingo contra una marcha opositora en Nicaragua que demandaba la salida del gobierno de Daniel Ortega, en un rebrote de la violencia que deja más de 320 muertos desde abril.

El fallecido fue identificado como Max Romero, de 16 años, quien murió como consecuencia «del fuego cruzado», según informó la policía en una nota que atribuye su deceso a los manifestantes.

Una tía del joven, que prefirió permanecer en el anonimato por temor a represalias, negó sin embargo a la prensa local la versión de la policía. La mujer dijo también que su sobrino iba a las marchas porque «no quería ver al país bajo la dictadura de Daniel Ortega».

La represión a las protestas contra Ortega, que deja más de 320 fallecidos desde abril, había cedido en intensidad en las últimas semanas, a la vez que aumentaron las detenciones de opositores.

Pero este domingo la violencia se desbordó nuevamente cuando la marcha fue atacada por personas armadas y antimotines.

«Me hirieron con un balazo los paramilitares de Daniel Ortega», dijo a la AFP un manifestante de 41 años que resultó herido en un brazo y prefirió no revelar su nombre, mientras era atendido en una iglesia del barrio Las Américas, al este de la capital, donde ocurrió uno de los ataques.

“Son los paramilitares, me hirieron en el cuello cerca del hombro», relató por su lado Bryan García, de 15 años, quien fue alcanzado por un balinazo.

«Nos dispararon las turbas y los antimotines», denunció otro hombre que se refugió en la iglesia del barrio cuando empezaron los disparos.

Durante el trayecto también resultó herido en el brazo el periodista Winston Potosme, del canal privado 100% Noticias, mientras que una señora fue golpeada y otra herida en el pecho de gravedad en otro punto de la marcha.

La protesta «Somos la voz de los presos políticos» fue convocada por familiares de al menos 500 manifestantes presos por participar en las manifestaciones contra el gobierno, que iniciaron el 18 de abril.

Los manifestantes salieron este domingo a las calles a pesar de las amenazas del presidente Ortega de enjuiciar a los opositores que continúen manifestándose y no se sumen a su llamado de reconciliación.