El primer latinoamericano elegido superior de los jesuitas, dijo : «En la coyuntura actual los puentes para el diálogo hay que construirlos. Apenas se han puesto algunas bases para esa construcción», aseguró Sosa en la primera conferencia de prensa que celebra en Roma desde que fue elegido el viernes «Papa Negro», es decir líder de la congregación religiosa más poderosa y numerosa de la iglesia católica.

Respondiendo sobre su país, Venezuela, el padre Sosa señaló la voluntad de su pueblo de vivir en paz, sin más violencia. Y consideró que la gestión monopolista del petróleo por parte del Estado es un obstáculo a un desarrollo pleno de la democracia.

«No se entiende lo que pasa en Venezuela si no se tiene en cuenta que es un país que vive de la renta petrolera y que esa renta la administra con exclusividad el Estado», explicó Sosa, renombrado politólogo y profesor universitario.

«Es mi letanía», confesó el religioso, ex rector de la Universidad Católica del Táchira y director del centro de análisis y estudios Gumilla.

Para Sosa, la particular economía de Venezuela, su dependencia de la «renta del petróleo», que «en este momento no alcanza» para todos, dijo, «pone muy cuesta arriba la formación de una sociedad democrática».

El «modelo rentista» que «ha encabezado el comandante Chávez y que ha seguido Nicolás Maduro», explicó Sosa, «no se sostiene a sí mismo» debido a que el Estado ha alcanzado proporciones «gigantes», explicó.

«Lamentablemente, hay que decir lo mismo de la oposición venezolana, tampoco tiene un proyecto que no sea rentista, que es la única manera para salir a largo plazo de la situación en la que está el país», reconoció.

Añadió que esperan poder contribuir “al menos con un pequeño esfuerzo a la reconciliación entre los hombres, que al mismo tiempo es reconciliación con Dios y con el Creado”.

El religioso, de 67 años, un intelectual con una carrera académica intachable y experiencia apostólica en los barrios y pueblos pobres de su país, donde residía hasta hace dos años, conoce a fondo la realidad de Venezuela, que atraviesa una grave crisis, con escasez de alimentos y medicinas, una inflación y contracción económica que el FMI prevé de 475% y 10% – respectivamente- para 2016.

«Si bien es una persona de mucha avanzada, es contrario al chavismo, contrario a Maduro. Ha sido muy crítico, justamente porque considera que ése no es el camino para resolver las cosas», comentó a la AFP el jesuita colombiano Francisco de Roux.