Esta semana se reúne el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, en sus siglas en inglés), y el presidente Donald Trump está tratando de impedir un aumento en las tasas de interés; pero el mensaje de tuit que envió el lunes en la mañana muestra qué tan profunda es su incomprensión de la situación de la enorme amenaza financiera que enfrenta Estados Unidos, o de cuáles son sus causas.

El Presidente tuiteó: “Es increíble que con un dólar tan fuerte y prácticamente nada de inflación, el mundo exterior estallando a nuestro alrededor, París se incendia y China se hunde, la Reserva Federal esté considerando de nuevo elevar las tasas de interés. ¡Tomen la victoria!”.

Los mercados de crédito, los mercados bursátiles, los mercados inmobiliarios y el crecimiento de la producción industrial siguieron cayendo mientras escribía eso; se necesitan con urgencia nuevas iniciativas con otras naciones para emprender proyectos de infraestructura y avances tecnológicos, a fin de crear un verdadero valor económico y una mayor productividad.

El periódico Financial Times del domingo 16 publicó un informe por primera vez del verdadero desglose del mercado de la deuda corporativa. Según lo reseñó el portal Zero Hedge, el Financial Times “informó que los mercados de crédito de Estados Unidos se han ‘paralizado’… En el mercado de bonos las cosas son todavía peor, en donde ni una sola compañía ha podido conseguir dinero prestado este mes en el mercado de bonos corporativos de alto rendimiento valorado en $1.2 billones de dólares de Estados Unidos. Si esa paralización continúa hasta final de mes, sería el primer mes desde noviembre del 2008 en que no se cotice ni un solo bono de alto rendimiento en el mercado”.

Además, Zero Hedge informó que en esta condición de paralización, seis oferentes de préstamos apalancados y al menos dos ofertas de bonos chatarra se habían tenido que retirar con el resultado de que se los tuvieron que “comer” los bancos de inversión que los habían puesto en el mercado, y han tenido que cargar con las pérdidas como resultado de la operación fracasada. Este fenómeno fue el precursor a principios del 2007 de las quiebras venideras de Bear Stearns y de Lehman Brothers.

En ese artículo, se destaca que “los pilares del sistema financiero global están inestables en lo fundamental y podrían llevar a ocasionar una inquietante reacción en cadena en la próxima crisis, advirtió el guardián máximo.

“Las ‘contrapartes centrales’ (CCPs) que compensan los nexos de la mayor parte de los $540 billones de dólares (428 billones de libras esterlinas) en derivados son ellas mismas vulnerables a la quiebra en momentos de estrés máximo… El Banco de Pagos Internacionales (BPI) dice en su informe trimestral que los CCPs podrían causar ‘circuito de retroalimentación desestabilizador, que amplificaría el estrés’ ”.