Los palestinos convocaron hoy a Israel a reanudar las estancadas negociaciones de paz tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena la política de asentamientos judíos ilegales en Cisjordania, pero Tel Aviv sostuvo sus sanciones y amenazas, y un ministro reclamó anexiones directas.

En declaraciones a la radio del ejército israelí, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, llamó a Israel a reanudar las negociaciones de paz, suspendidas desde hace más de dos años.

Erekat afirmó que con su resolución de condena a la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania, aprobada el viernes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha advertido a Israel de que debe elegir entre continuar expandiendo los asentamientos ilegales o buscar una coexistencia con los palestinos.

El dirigente palestino acusó al gobierno de Israel de «ceguera política», e instó a los israelíes a «aprovechar la oportunidad para detener la violencia, paralizar los asentamientos y reanudar las negociaciones».

«Debemos salvar el proceso de paz, debemos salvar la solución de dos Estados», subrayó quien dirigía hasta abril de 2014 las negociaciones de paz con Israel.

En contraste extremo, el ministro israelí de educación, el representante de los colonos Neftalí Bennet, instó a anexar la llamada «zona C» del territorio cisjordano ocupado por Israel, mientras la cancillería convocaba a los embajadores de los países que votaron en la ONU a favor de la resolución.

Recientemente, Bennet ya se había pronunciado por que Israel se despida oficialmente de la idea de un Estado palestino independiente para resolver el conflicto entre los dos pueblos, una solución que muchos critican en su país, porque temen que coloque a los judíos en una situación similar a la de los bóers sudafricanos.

Bennet, que habló en la reunión semanal del Consejo de Ministros, presidido por Benjamín Netanyahu, dijo que Israel «debe extender su soberanía sobre las zonas C de Judea y Samaria», nombres bíblicos de una región que representa algo más de la mitad del territorio palestino.

Bennet se pronunció por que, como primer paso, sea anexionada al Estado israelí la colonia de Maalé Adumim, vecina a Jerusalén en territorio cisjordano.

«En el futuro cercano vamos a tomar medidas para ampliar la jurisdicción israelí al resto de Judea y Samaria. Ningún pueblo puede ser considerado como conquistador en su propio país», aseveró. El partido de Bennet, El Hogar Judío, proclama que todo el antiguo mandato de Palestina fue concedido por Dios a los judíos.

«Hay dos alternativas: rendirse o soberanía. Rendirse y ceder lo hemos intentado desde hace 25 años. Ha llegado el momento de pasar a la (opción de extender la) soberanía», afirmó en declaraciones que recoge el servicio de noticias Ynet, difundidas por las agencias DPA y EFE.

Las zonas C del territorio ocupado de Cisjordania, según la tipificación que hicieron los acuerdos de Oslo entre 1994 y 1998, son aquellas en las que Israel sigue manteniendo el control absoluto,a diferencia de la A, que están bajo control de la ANP, y la B, que son de control compartido.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instruyó al ministerio de relaciones exteriores para que traslade el malestar israelí a los embajadores, según la web de noticias Ynet.

Como Estados Unidos no votó en contra de Israel, inicialmente su representante ante Tel Aviv no fue convocado a las conversaciones con la cancillería.

Pero, dado que la aprobación de la resolución 2334 en el Consejo de Seguridad fue esencialmente consecuencia de que, por primera vez en su historia, Washington se abstuvo en la votación en el Consejo de Seguridad, Netanyahu (interinamente a cargo de la cancillería) finalmente convocó también al embajador estadounidense en Israel, Daniel Shapiro.

El viernes, el Consejo de Seguridad instó a Israel a detener de inmediato y por completo la construcción de asentamientos en la Cisjordania ocupada y en la parte árabe de Jerusalén. Gracias a que Estados Unidos se abstuvo y no vetó el texto, éste fue aprobado con el voto a favor del resto de los 14 miembros del máximo órgano de la ONU.

El sábado, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a criticar la decisión de la administración Obama en la ONU y dijo que la resolución hace más difícil la paz.

«La gran derrota de Israel ayer (por el viernes) en Naciones Unidas hará mucho más difícil negociar la paz. Muy mal ¡pero pese a ello lo conseguiremos!», aseguró Trump en un mensaje de la red Twitter.

Ya ayer, el gobierno israelí calificó la resolución de «vergonzosa» y volcó toda su indignación contra la Administración del presidente Barack Obama, al que acusó de «abandonar a Israel su suerte» en un foro que tradicionalmente considera hostil a los intereses israelíes.

La Autoridad Nacional Palestina, en cambio, definió la resolución como «una gran victoria para los derechos de los palestinos». Hasta los movimientos islamistas Hamás y Yihad Islámica consideraron la resolución un «cambio» en la política de la comunidad internacional.

Consejo de seguridad de la ONU exige poner fin a los asentamientos israelíes

Foto portada Saeb Erekat,

Foto Archivo: AFP/Abbas Momani