Miles de personas salieron este sábado a las calles de las principales ciudades de Israel para protestar contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, así como para exigir la liberación de los rehenes en manos del movimiento islamista palestino Hamas, después de que se reanudaran los combates tras el fin de la tregua.

En la movilización en la capital israelí, Tel Aviv, también participaron algunos rehenes liberados en los últimos días de tregua y familiares de los secuestrados en la Franja de Gaza, que piden una reunión con Netanyahu.

«El final del alto el fuego y la reanudación de los combates obliga a que se informe a las familias de los rehenes», exigió la organización que agrupa a familiares de secuestrados.

«Los rehenes que han vuelto exigen reunirse hoy con el primer ministro y con miembros del gabinete de guerra, junto con todas las familias de quienes siguen secuestrados», agregó el colectivo, que denunció que «cada día podría ser el último día» y que «no pueden dejarlos allí».

El cese temporal de hostilidades de una semana permitió intercambiar rehenes por presos palestinos: 110 secuestrados fueron liberados desde el inicio del conflicto, 105 de ellos durante la tregua, en su mayoría mujeres y menores israelíes, y una decena de ellos argentinos, y a cambio Israel excarceló a 240 personas.

En tanto, hubo marchas contra el primer ministro en Haifa y en la ciudad costera mediterránea de Cesarea, donde al menos seis personas fueron detenidas por participar en una protesta no autorizada junto a la residencia que tiene Netanyahu.

«Es el momento de salir a las calles y exigir un gobierno responsable, considerado y al que le importe la seguridad de sus ciudadanos, en lugar de un gobierno marcado por la corrupción, el control de Twitter y su voluntad de sacrificar cualquier valor por su líder», remarcó uno de los participantes en la protesta de Haifa.

Los manifestantes exigen la dimisión de Netanyahu por los ataques que lanzó sobre la Franja de Gaza después del 7 de octubre.

Ese día, milicianos de Hamas irrumpieron en Israel, en un ataque sorpresa que dejó más de 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y 240 secuestrados, entre ellas una veintena de argentinos.

En respuesta, Israel prometió eliminar a Hamas y desató una campaña de ataques aéreos y terrestres en Gaza que, según el gobierno del enclave, dejó más de 15.000 muertos, en su mayoría civiles.