MIéRCOLES, 27 DE NOV

Macron y su visión de China y el capitalismo globalizado

La mayoría de la prensa occidental no reflejó las declaraciones del presidente francés, a las que presentaron como un “ataque a Trump” o como un sermón para que el país asiático abra sus mercados.

En su reciente visita a China, el presidente francés Emmanuel Macron ofreció una serie de declaraciones vinculadas con la política mundial y la economía ignoradas por la mayoría de la prensa internacional.

Entre otras consideraciones, señaló que China “se las ha arreglado para sacar de la pobreza a 700 millones de personas en las últimas décadas. Esto es una realidad para Francia también, donde nos enfrentamos con un desempleo masivo, con la necesidad imperante de darle una perspectiva de futuro a toda una parte de nuestra población, pero es un desafío del mundo, que vive hoy día una crisis del capitalismo globalizado, el cual, en las últimas décadas, ha explotado las desigualdades sociales y la concentración de la riqueza”.

El presidente de Francia también hizo referencia al pasado al expresar que “tenemos que aprovechar las lecciones del pasado. Siempre que tratamos de imponer la verdad o la ley contra el pueblo mismo nos equivocamos, y algunas veces hemos producido situaciones aún peores. Como en Iraq o en Libia hoy. Tenemos que trabajar juntos para desarrollar el respeto a la soberanía de los pueblos”, subrayó Macron.

Guerra o cooperación 

Otro de los temas abordados por Macron fue la guerra o la cooperación equilibrada entre naciones. Y señaló: “No debe de haber ninguna supremacía disfrazada, ni un conflicto entre supremacías en competencia. Todo nuestro arte, si me permiten utilizar esa palabra, no estará en el arte de la guerra, sino en el arte de la cooperación equilibrada para garantizar la armonía que necesita nuestro mundo en los niveles geoestratégico, político y económico. Occidente –agregó- es un mundo posmoderno cansado, donde se prohibieron las grandes epopeyas”.

Finalmente, y con mucho énfasis, expresó su posición respecto de la denominada Ruta de la Seda. “Yo creo que la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda”, dijo, y agregó que “puede satisfacer nuestros intereses, los de Francia y los de Europa, si nos damos los medios para trabajar juntos realmente… Le corresponde a Europa y Asia, a Francia y a China, definir y proponer juntos las reglas de un juego en el que todos ganaremos, o todos perderemos. He venido pues a decirle a China mi determinación de que la asociación euro-china entre al siglo 21 con esta nueva gramática que tenemos que definir todos juntos”.

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