SáBADO, 30 DE NOV

Los talibanes realizan la primera ejecución pública desde que tomaron el poder en Afganistán

La medida se sustentó en las qisas representan un principio islámico similar a la ley del talión, el antiguo principio jurídico de justicia retributiva que consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó.

Los talibanes ejecutaron este miércoles a un hombre condenado por asesinato, la primera aplicación pública de la pena capital desde que el movimiento islamista regresó al poder en Afganistán en 2021 tras 20 años de guerra con el Gobierno defendido por Estados Unidos.

«El tribunal supremo recibió instrucciones para aplicar esta orden de qisas durante una concentración pública de los habitantes», dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid en un comunicado en Twitter, en referencia a una ley del derecho islámico.

Las qisas representan un principio islámico similar a la ley del talión, el antiguo principio jurídico de justicia retributiva que consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó.

Mujahid detalló en el comunicado que el ajusticiado, identificado como Tajmir, hijo de Ghulam Sarwar, fue condenado por el asesinato de otro hombre en la localidad de Gang, en la provincia de Farah, en el oeste de Afganistán.

«Los familiares de la víctima identificaron a esta persona y la denunciaron ante las autoridades del Emirato Islámico para su arresto», dijo, informó la agencia de noticias Europa Press.

El guía supremo talibán, Hibatullah Akhundzada, ordenó a los jueces afganos que apliquen íntegramente la ley islámica, en especial para determinados crímenes y delitos, y avisó que su cumplimiento debía hacerse extensivo a todo Afganistán.

«Examinen detenidamente los expedientes de secuestradores, ladrones y sediciosos», exhortó el líder de los talibanes, que vive recluido en la sureña ciudad santa de Kandahar y del que no existe ninguna imagen disponible desde hace años.

Desde entonces, las autoridades llevaron a cabo varias flagelaciones públicas, pero la ejecución de este miércoles en la ciudad de Farah, capital de la provincia homónima, es la primera que han reconocido.

La orden del guía supremo es interpretada como un retorno a las prácticas -ejecuciones públicas, lapidaciones o la amputación de la mano de los ladrones en determinados casos- que arruinaron la imagen del primer gobierno talibán (1996-2001).

También entraría en contradicción con las promesas de moderación de los talibanes cuando llegaron al poder.

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