La alianza conservadora ganó las elecciones legislativas celebradas este sábado en Nueva Zelanda, lo que podría suponer el regreso al poder del Partido Nacional, luego de seis años de gobierno del Partido Laborista.

Con el 97% de los votos escrutados, el Partido Nacional y su socio de coalición ACT lograron 61 escaños, suficientes para asegurar la mayoría en un parlamento de 120 escaños.

Se trata de un giro radical con respecto a los comicios de 2020, en los que arrasó al frente de los laboristas la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien renunció el pasado enero y fue reemplazada por Chris Hipkins.

«Con las cifras actuales, parece que el Partido Nacional y ACT estarán en posición de formar el próximo gobierno», expresó el conservador Christopher Luxon, que encabeza el Partido Nacional.

Luxon, de 53 años y que pasó siete años como director ejecutivo de Air New Zealand, remarcó que los neozelandeses habían «votado por el cambio».

Por su parte, el primer ministro saliente, Hipkins, afirmó que «no está en condiciones de formar gobierno» y felicitó a su rival, Luxon.

«El resultado de esta noche no es el que cualquiera de nosotros quería, pero quiero que estén orgullosos de lo que hemos logrado en los últimos seis años», declaró el laborista.

La campaña electoral estuvo dominada por la situación económica cada vez más difícil y el aumento del costo de la vida.

En sus primeros 100 días en el cargo, el Partido Nacional planea una ofensiva contra la delincuencia juvenil, la prohibición de los teléfonos celulares en las escuelas y eliminar los aumentos de impuestos al combustible del gobierno laborista.

«Los neozelandeses se van a despertar no solo en un nuevo día, sino con la promesa de un nuevo gobierno y una nueva dirección», aseguró Luxon, que subrayó que conducirá al país de nuevo por el «buen camino» y prometió medidas para rebajar la presión fiscal e impulsar la economía.

Tanto Luxon como Hipkins habían intentado atraer a los votantes con promesas de reducir el alto precio de la nafta, arreglar la escasez crónica de viviendas y detener la subida vertiginosa del costo de los alimentos básicos.

«Reduciremos el costo de la vida. Restableceremos la ley y el orden. Ofreceremos una mejor atención médica y educaremos a nuestros hijos para que puedan crecer y vivir las vidas que sueñan», recalcó Luxon.

El Partido Laborista, que consiguió una victoria rotunda en 2020 bajo la dirección de Ardern, apuntaba a una dura derrota en esta ocasión.

«Seguir a mi buena amiga Jacinda, no iba a ser una tarea fácil,» admitió Hipkins.

«Yo sabía cuando tomé este trabajo que iba a ser una batalla cuesta arriba», concluyó.

Más de 3,8 millones de neozelandeses votaron en más de 2.300 colegios electorales de todo el país entre las 9 y las 19, aunque cerca de un millón ya lo había hecho por adelantado.