El secretario general de la ONU Antonio Guterres pidió este jueves desde Irak que la protección de los civiles sea la «prioridad absoluta» mientras las fuerzas iraquíes siguen luchando para reconquistar Mosul.

Cientos de civiles siguen atrapados en Mosul, la ciudad que en 2014 fue conquistada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Más de 200.000 personas han huido del oeste de Mosul para evitar la violencia de la operación, lanzada el mes pasado para arrebatar a los yihadistas el control de la segunda ciudad del país.

«Acabo de llegar a Irak para centrarme en la urgente situación humanitaria en el terreno. La protección de los civiles debe ser la prioridad absoluta», escribió el portugués en la red Twitter.

Las fuentes oficiales y los testigos en el lugar han denunciado que los bombardeos lanzados este mes han dejado un devastador balance de víctimas entre los civiles.

Tras su aterrizaje, Guterres se reunió con el primer ministro Haider al Abadi y el presidente    Fuad Masum entre otros.

«Irak está en las etapas finales de su lucha contra el terrorismo. Esperamos con ansias que se termine rápidamente la liberación de Mosul» declaró Guterres tras su encuentro con el primer ministro.

El ministro de Relaciones Exteriores, Ibrahim al Jaafari, dijo que su país «necesita una asistencia similar al Plan Marshall para reconstruir el país y superar los efectos de la guerra contra los bandos terroristas».

Guterres tiene previsto viajar el viernes a Arbil, la capital de la región autónoma de los kurdos.

Esta visita se produce un momento crítico para Irak porque la ofensiva sobre Mosul desata muchas preocupaciones con respecto a la situación humanitaria.

Además de los civiles atrapados en los combates, otros muchos han tenido que huir de sus hogares para escapar a la violencia.

Civiles muertos

Las fuerzas iraquíes lanzaron el 17 de octubre una importante operación para reconquistar Mosul, la gran ciudad del norte del país. A finales de enero se apoderaron del este de la ciudad, dividida en dos por el río Tigris, e iniciaron la ofensiva para recuperar el oeste el 19 de febrero.

Desde entonces, más de 200.000 civiles han huido de los combates en el oeste de Mosul, según cifras oficiales iraquíes.

En torno a la ciudad han sido instalados campamentos para los desplazados, aunque muchas personas se alojan con familiares, residen en viviendas precarias o en construcciones sin terminar.

Las cifras de desplazados no han alcanzado todavía el peor escenario posible, (un millón de personas) pero sólo porque muchos siguen atrapados en medio de la batalla.

Este mes la ONU dijo que unos 600.000 civiles siguen en el oeste de Mosul, entre ellos 400.000 sitiados en la Ciudad Vieja.

Según cifras difundidas esta semana por la ONU, al menos 300 personas murieron y otros 273 resultaron heridas en el oeste de Mosul entre el 17 de febrero y el 22 de marzo.

Tanto la ONU como Amnistía Internacional (AI) han hecho un llamado a las fuerzas iraquíes y a la coalición para que se involucren más en la protección de los civiles en Mosul.

Donatella Rovera, consejera de AI encargada de las crisis humanitarias, advirtió que las investigaciones en el este de Mosul muestran un «patrón alarmante de bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos que destruyeron completamente casas con familias enteras».

«La alta incidencia de muertes de civiles sugieren que las fuerzas de la coalición (…) han fracasado a la hora de tomar precauciones adecuadas para prevenir las muertes de los civiles, lo que constituye una violación flagrante del derecho internacional humanitario», dijo.