El ministro francés de la Cohesión de los Territorios, Richard Ferrand, cuyo pasado profesional revelado por la prensa suscita dudas sobre prácticas de nepotismo, afirmó hoy que no renunciará porque no hizo nada reprobable y la prueba es que la justicia desestimó abrir una investigación.

Al ser consultado en una entrevista a la radio France Inter sobre si propuso su dimisión al presidente, Emmanuel Macron, Ferrand dijo que «no lo (hará) por dos razones, porque (tiene) la conciencia tranquila» y porque tiene «una misión muy importante» al frente de su Ministerio.

E insistió en que «todo» lo que hizo en su vida profesional había sido «legal» y remarcó que el fiscal de Brest señaló que no hay materia para abrir una investigación judicial con los elementos conocidos.

El principal asunto que persigue a Ferrand y que cuestiona su probidad es que en 2010, cuando él era director general de Les Mutuelles de Bretagne (la Seguridad Social), su pareja alquiló a esta entidad unos locales en la ciudad de Brest que pudo comprar con la condición de que se formalizara ese alquiler, lo que le permitió obtener un crédito bancario de 400.000 euros que correspondía a la totalidad de su inversión.

El ministro, quien hasta hace poco ocupaba una banca socialista en la Cámara de Diputados hizo hincapié en que la actual dirección de Les Mutuelles de Bretagne defienden el interés que tuvo para la entidad esa operación y «se felicitó».

En la entrevista a la emisora France Inter aseguró entender que con lo que se publicó sobre este asunto en las dos últimas semanas en la prensa «poco a poco se creó la duda. Y la duda es un veneno».

Pero Ferrand insistió en que considera que «dio todas las pruebas» para que «no haya ninguna duda», informó la agencia de noticias EFE.

La moralización de la política fue una de ls principales propuestas electorales que estuvieron en el origen de la victoria de Macron en las presidenciales, y el «caso Ferrand» es la principal piedra en el zapato de su gobierno, que lleva en ejercicio desde mediados de este mes de mayo.

El primer ministro, el conservador Edouard Philippe, respaldó ayer la continuidad de Ferrand al frente del departamento de la Cohesión de los Territorios, y eso aunque dijo tener plena consciencia de «la exasperación, la emoción y la irritación de los franceses».

Philippe argumentó que todas las acciones pasadas de Ferrand están dentro de la legalidad, pero que esos «usos y comportamientos pasados ya no se aceptan hoy ni pueden ser tolerados, aunque no sean ilegales».

Según una encuesta publicada hoy por la emisora RMC y el portal Atlantico, un 73% de las personas consultadas cree que los hechos que se le reprochan a Ferrand son graves y un 70% estima que tiene que renunciar.

El primer ministro también indicó ayer que la ley de moralización de la política, que debe ser la primera del mandato de Macron, se va a retrasar una semana y se presentará finalmente el próximo 14 de junio, entre las dos vueltas de las elecciones legislativas (programadas para el 11 y el 18 de ese mes).