Egipto anunció el jueves que se habían hallado restos de explosivos en los cadáveres de las víctimas de la catástrofe aérea del 19 de mayo, cuando un avión de la compañía EgyptAir, que hacía la ruta París-El Cairo se estrelló sin que se conozcan las causas.

El vuelo MS804 se precipitó al mar entre Creta y el norte de Egipto tras desaparecer de los radares con 66 personas a bordo -entre ellos 40 egipcios y 15 franceses- sin dejar supervivientes.

Egipto, que siempre ha apostado por la pista del atentado, indicó que el descubrimiento de rastros de explosivos en los restos de las víctimas había sido comunicado al fiscal general. Según la legislación del país, «se recurre a la fiscalía cuando los investigadores tienen serias sospechas sobre el origen criminal de un accidente», precisó el ministerio en un comunicado.

Por su parte, los investigadores franceses consideran un posible incidente técnico como la causa más probable de la catástrofe. Una de las dos cajas negras encontradas reveló que se activaron las alertas de humo a bordo y captaron la palabra «fuego» antes de que se estrellara el Airbus A320 de EgyptAir.

La ausencia de reivindicación también sostiene la hipótesis de un fallo técnico. En octubre de 2015 el grupo Estado Islámico reivindicó la autoría de un atentado con bomba contra un avión que despegó de la estación balnearia de Sham al Sheij. En el ataque murieron las 224 personas que iban a bordo, la mayoría turistas rusos.