Inútil y descabellada: hay consenso entre los residentes de la ciudad de Nogales sobre la promesa de Donald Trump de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.

El candidato republicano ha dicho una y otra vez que de llegar a la Casa Blanca levantaría un «gigantesco, hermoso y poderoso muro» en la frontera, por cuya construcción obligaría a México a pagar.

Pero en esta pequeña ciudad del estado de Arizona, primera en el frente de batalla contra la inmigración ilegal, esa idea raya para muchos en la locura.

«Está chiflado», lanzó Guadalupe Manríkez, que trabaja en una perfumería en Nogales a pocos metros de la frontera. «Toda esta ciudad es mexicana, todas las familias aquí están en México y todo el mundo piensa que él y sus ideas son un chiste», lanzó.

Muchos se encogen de hombros, otros ponen los ojos en blanco cuando mencionan el posible muro…Otros simplemente apuntan a la reja de metal de más de cinco metros de alto que ya separa a Nogales de una ciudad del mismo nombre del lado mexicano, y que hasta ahora no detuvo la oleada migratoria o la presencia del narcotráfico.

«Mucha gente consigue trepar el muro frente a la patrulla fronteriza sin ser capturados (…) Así que la solución no es construir más rejas sino tener más vigilancia», dijo a la AFP Adriana Ortega, que trabaja en una tienda de vestidos de novia que cuenta con vista hacia la frontera.

La barrera en Nogales corta el centro de la ciudad y como una serpiente se extiende por el desierto rodeándola.

Y como en otras ciudades ubicadas a lo largo de la extensa frontera de 3.200 km que separa a México y Estados Unidos, la economía en Nogales está profundamente entrelazada con su gemela mexicana.

«La mayoría de las tiendas aquí depende de los clientes de México», dijo Ortega, que vende vestidos entre 300 y 3.000 dólares. «Y ahora estamos sufriendo porque la economía en México se ha venido abajo».