Las autoridades elevaron este lunes a 47 la cifra de muertos como consecuencia de la tormenta invernal que azota Estados Unidos, la más feroz en décadas, y que dejó a decena de miles de hogares sin electricidad tras cuatro días de vientos polares que azotan el centro y el este del país.

La devastadora tormenta invernal, que golpea gran parte del este de Estados Unidos, produjo 47 muertes en nueve estados del país, donde 25 de las víctimas fatales eran solo del condado de Erie, en el oeste de Nueva York, informó el Gobierno regional.

«Además de las 13 muertes confirmadas ayer, la oficina del médico forense del Departamento de Salud del condado de Erie ha confirmado 12 muertes adicionales, lo que eleva el total de la tormenta de nieve a 25 muertes en todo el condado», dijo el titular del Ejecutivo de Erie, Mark Poloncarz, en conferencia de prensa que consignó la agencia de noticias AFP.

El alcance de la tormenta no tiene precedentes, y afecta zonas del medio-oeste y este de Estados Unidos, según la cadena CBS.

«Gran parte del este de Estados Unidos permanecerá congelado hasta el lunes antes de que se establezca una tendencia de moderación el martes», dijo el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en su último aviso.

En Buffalo, al oeste de Nueva York, una tormenta de nieve dejó a la ciudad a la deriva y los servicios de emergencia no pudieron llegar a las áreas más afectadas.

«Es (como) ir a una zona de guerra, y los vehículos a los lados de las carreteras son impactantes», dijo la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, oriunda de Buffalo, donde las acumulaciones de nieve de 2,4 metros y los apagones amenazan las condiciones de vida.

Hochul dijo a los periodistas el domingo por la noche que los residentes todavía estaban en medio de una «situación muy peligrosa que amenaza la vida» y advirtió a todos los que se encontraban en la zona que permanecieran en sus casas.

Más de 200.000 personas en varios estados del este se despertaron sin electricidad la mañana de Navidad y muchos más vieron alterados sus planes de viaje de vacaciones, aunque la tormenta -prevista para durar cinco días- con condiciones de ventisca y vientos huracanados mostró signos de alivio.

El clima extremo provocó temperaturas bajo cero en 48 estados de Estados Unidos durante el fin de semana, dejó varados a los viajeros con miles de vuelos cancelados y atrapó a los residentes en casas cubiertas de hielo y nieve.

En la región de Buffalo, propensa a la nieve, las autoridades describieron condiciones históricamente peligrosas, con apagones de horas y cuerpos hallados dentro de vehículos y debajo de bancos de nieve, mientras los trabajadores de emergencia siguen buscando a los que necesitan ser rescatados.

El aeropuerto internacional de la ciudad permanece cerrado hasta el martes a la mañana y la prohibición de conducir sigue vigente para todo el condado de Erie.

«Ahora tenemos lo que se hablará no solo hoy sino durante generaciones (como) la tormenta de nieve del 22», dijo Hochul, y agregó que la brutalidad había superado a la anterior tormenta de nieve histórica de la región, la de 1977, en la «intensidad, duración y ferocidad de los vientos».

Por otra parte, el temporal dejó sin electricidad a millones de ciudadanos.

Casi 1,7 millones de clientes en todo el país llegaron a quedarse sin electricidad el fin de semana, de acuerdo con el sitio Poweroutage.us.

Unos 153.000 abonados seguían durante la tarde de este domingo sin energía eléctrica.

Los Estados más afectados fueron Maine, Nueva York, Virginia, Washington y Vermont, según la agencia AFP.

Pese a que las condiciones meteorológicas mejoraron durante la jornada, más de 55 millones de personas están bajo alerta de bajas temperaturas, siendo el 25 de diciembre más frío desde 1983 para ciudades como Miami, Tampa, Orlando y West Palm Beach.

Asimismo, el NWS dijo que las temperaturas en el centro y este de Estados Unidos deberían volver «a las normas estacionales a mediados de la próxima semana».

Desde la tarde del viernes, la tormenta se convirtió en una «bomba de baja presión»: un choque entre dos masas de aire, una muy fría del Ártico y otra tropical del Golfo de México.

Las bombas de baja presión pueden producir fuertes lluvias o nevadas, inundaciones costeras y vientos huracanados.

El hielo en las carreteras también llevó al cierre temporal de algunas de las rutas más concurridas del país, incluida la Interestatal 70, que atraviesa buena parte de Estados Unidos de este a oeste.

Ciudades como Denver o Chicago abrieron refugios para acomodar a las personas sin hogar y protegerlas del riesgo de hipotermia.

Canadá también estaba afectado por la tormenta y todas las provincias tenían alertas meteorológicas.

Cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad en Ontario y Quebec, y los aeropuertos de Vancouver, Toronto y Montreal sufrieron cancelaciones de vuelos.

En la provincia de Columbia Británica, las autoridades dijeron que al menos cuatro personas murieron y 53 resultaron heridas en un accidente de autobús el sábado por la noche, a unos 330 kilómetros al este de Vancouver, en principio debido a las malas condiciones climáticas.

Los meteorólogos predicen que las temperaturas volverán a la normalidad esta semana y permanecerán así hasta fines de 2022. Una poderosa tormenta, de la que se espera traiga precipitaciones generalizadas, también afectará el oeste de Estados Unidos esta semana.