El Parlamento italiano iniciará este lunes las votaciones para elegir al sucesor de Sergio Mattarella como presidente del país, en una elección en la que 1.009 «grandes electores» definirán al próximo jefe de Estado en medio de un clima de indefiniciones en la mayoría de las fuerzas políticas y donde el actual premier Mario Draghi aparece como uno de los candidatos más firmes.

El comicio, en el que podría darse la llegada de una mujer al cargo por primera vez en la historia, comenzará a las 15 locales (11 de Argentina).

Un total de 630 diputados, 321 senadores (315 elegidos en 2018 y otros seis vitalicios) y 58 delegados de las 20 regiones que conforman los «grandes electores» están convocados a participar en la primera votación que, marcada por la pandemia de coronavirus y la falta de un nombre claro, podría tardar cuatro o cinco días en dar un nuevo mandatario al país europeo.

En un marco de fragmentación política por la composición de un Parlamento elegido hace casi cuatro años, en marzo de 2018, la Constitución italiana establece que es necesario una mayoría de dos tercios, 673 apoyos, durante las primeras tres votaciones, y a partir de la cuarta el número desciende a mayoría simple, 505 votos.

Las votaciones, coordinadas por el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, se harán una por día y se llamarán a los «grandes electores» en grupos de a 50 para evitar aglomeraciones. Según las previsiones del senador Antonio De Poli, organizador de la elección, cada votación podría demorar entre cuatro horas y media y cinco más una hora extra para el escrutinio.

Los dos grandes bloques del país, uno de centroizquierda en el que todas las fuerzas integran el Gobierno de Draghi, y uno de centroderecha en el que conviven partidos oficialistas y opositores, parten con 451 grandes electores cada uno.

En el marco de indefinición de muchas de las fuerzas, la hipótesis más probable para las primeras tres rondas de votación es que la mayoría de los partidos voten en blanco, a la espera de que se cristalice un nombre compartido para el jueves, cuando empieza a bajar el número de votos necesarios.

En ese ese escenario, serán clave entonces los más de 140 votos de los partidos pequeños y de centro, como los dos votantes nacidos en Argentina, el senador Ricardo Merlo y el diputado Mario Borghese, ambos del Movimiento Asociativo de los Italianos en el Exterior (MAIE).

Mattarella, de 80 años y en su cargo desde el 3 de febrero de 2015, anunció que no buscará un nuevo mandato pese a que la Constitución lo habilita a buscar la reelección y más allá del pedido de un grupo de legisladores oficialistas para que haga un «sacrificio» y permanezca en el cargo hasta la celebración de las elecciones que en marzo de 2023 renovarán el Parlamento.

En Italia, de todos modos, el jefe del Estado tiene roles más protocolares durante el mandato de siete años y la gestión diaria recae en el Primer Ministro.

El actual premier, Mario Draghi, es uno de los nombres que ha sido apoyado por algunos sectores del oficialismo, aunque la dificultad de encontrar un reemplazo para conducir el Ejecutivo aparece como una de las principales trabas a su llegada a la Presidencia.

Draghi, economista de 74 años, asumió su cargo el 13 de febrero pasado tras ser propuesto por Mattarella, y logró unir una amplia coalición en la que conviven casi todos los partidos con representación parlamentaria y que difícilmente pueda sobrevivir a su salida del Ejecutivo, donde lleva una gestión valorada de forma casi unánime a nivel nacional y europeo.

De todos modos, Draghi continúa siendo uno de los probables candidatos, mientras las fuerzas que lo impulsan trabajan en la búsqueda de un nombre que pueda garantizar su continuidad en el Ejecutivo.

Este lunes, el antecesor de Draghi como premier y líder del Movimiento Cinco Estrellas, la primera minoría en la Cámara, Giuseppe Conte, planteó antes de entrar al Parlamento que la idea es «preservar la continuidad del Gobierno» dando a entender la preferencia de su sector por un nombre alternativo al del Primer Ministro.

Otras fuerzas de centroizquierda como el Partido Democrático han instalado al fundador de la comunidad católica de San Egidio, Andrea Riccardi, como «el perfil del presidente ideal», aunque fuentes consultadas por Télam plantean que podría tratarse de un «candidato de bandera», como se denomina a los nombres que se ponen en la mesa al inicio de las votaciones a modo de ejemplo pero con pocas posibilidades concretas.

Desde la centroderecha, que aglutina al menos a seis fuerzas diversas, el tres veces premier Silvio Berlusconi se había lanzado al ruedo como posible candidato pero declinó su candidatura el fin de semana, lo que habilitó la aparición de varios nombres de posibles contendientes del sector.

En ese escenario, se abriría el camino para que, por primera vez en la historia, una mujer pueda llegar al Palacio del Quirinale y convertirse en la decimotercera presidenta del país, con tres nombres que circulan como posibles.

La titular del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati; la ministra de Justicia, Marta Cartabia, y la exalcaldesa de Milán Letizia Moratti aparecen con chances si la centroderecha se abre a negociar con el resto de las fuerzas.

El ex juez antimafia y anti Brigadas Rojas, Carlo Nordio, es otro de los nombres que han sido apoyados en público por líderes de la centroderecha.

Si como se espera, la votación de este lunes no arroja ningún nuevo presidente, este martes se volverá a votar desde las 15 locales y, en caso de volver a ser necesario, el miércoles a las 11 (7 de Argentina).