MIéRCOLES, 27 DE NOV

El Parlamento israelí inició el proceso para su disolución y convocar nuevas elecciones

El presidente de la bancada del Likud en el Parlamento, Yariv Levin, antes de manifestar que el Gobierno de coalición "fue establecido a partir de un odio ciego y una malversación sin precedentes de la confianza de los votantes", dijo que están poniendo a Israel en un nuevo camino.

El Parlamento de Israel respaldó este miércoles su propia disolución y la organización de nuevas elecciones, propuesta presentada el lunes último por los líderes de la coalición de Gobierno tras haber agotado «todos los intentos de estabilizar» la alianza, lo que provocará los quintos comicios en menos de cuatro años.

El proceso de disolución del Parlamento requiere cuatro votaciones y dos revisiones por parte de comités parlamentarios, un proceso que no terminaría este miércoles y que podría incluso extenderse hasta la próxima semana, en medio de las crecientes disputas entre la coalición y la oposición y las diferencias en el seno del Gobierno.

Una muestra de estas diferencias son las 11 versiones diferentes del borrador del proyecto para la disolución del Parlamento presentadas por el Gobierno y la oposición, informó el diario local The Times of Israel.

El jefe del bloque de la coalición en el Parlamento, Boaz Toporovsky, declaró que la decisión de la disolución del Parlamento es «por el bien del Estado», reprodujo la agencia de noticias Europa Press.

No obstante, reconoció que «es un día triste para la democracia» y criticó a la oposición, liderada por el partido de derecha Likud, del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, por retrasar «la decisión de ir a elecciones».

«Es una oposición que se ha enamorado de trabar el sistema de gobierno», lamentó el legislador.

El primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Relaciones Exteriores Yair Lapid lograron formar en junio de 2021 una coalición única en la historia de Israel formada por ocho partidos de todo el arco político – derecha, centro, izquierda y por primera vez por una formación árabe – con el objetivo de poner un final a 12 años de gobierno de Netanyahu.

Como su acuerdo preveía la rotación de los dos hombres en el cargo de primer ministro y la sustitución de Bennett por Lapid en caso de disolución, este podría convertirse en el próximo jefe de gobierno hasta la formación de una nueva coalición, si este proyecto de ley es aprobado.

Hasta que la disolución se haga efectiva, la oposición puede intentar reunir a 61 diputados, es decir, una mayoría que podría evitar las elecciones y pedir formar un nuevo gobierno. En este marco, el Likud lleva a cabo esfuerzos para atraer a socios derechistas de la coalición y formar un nuevo Gobierno.

«Todavía existe la posibilidad de un gobierno alternativo dirigido por Netanyahu», expresó Miri Regev, diputada del Likud, en la radio militar.

«Estamos poniendo a Israel en un nuevo camino. Del odio al amor», dijo, por su parte, el presidente de la bancada del Likud en el Parlamento, Yarin Levin, antes de manifestar que el Gobierno de coalición «fue establecido a partir de un odio ciego y una malversación sin precedentes de la confianza de los votantes».

Netanyahu, quien fue imputado por corrupción, celebró el lunes pasado la caída del Gobierno, momento que describió como «una gran noticia para millones de ciudadanos israelíes».

En las últimas semanas, la coalición de Bennett sufrió varios reveses que la debilitaron gravemente.

El pasado 6 de junio, la oposición logró una mayoría para que no se prorrogara una normativa que prevé que a los más de 475.000 colonos de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel, se les aplique la ley israelí.

Esta ley puede aún aprobarse hasta el 30 de junio y en caso contrario, el derecho israelí dejará de proteger a estos colonos. Pero si el parlamento se disuelve, la ley será automáticamente prorrogada.

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