El papa Francisco criticó hoy el «terrorismo de los chismes» dentro de las comunidades religiosas, al tiempo que afirmó que «el dinero no lleva a la felicidad y es el estiércol del diablo», al hablar ante miles de consagrados cristianos que asistieron a un encuentro en el Vaticano.

«Un modo de alejarse de los hermanos y hermanas de la comunidad es el terrorismo de los chismes. Quien chusmea es un terrorista dentro de la propia comunidad, porque lanza como una bomba una palabra en la comunidad. Quien hace esto destruye como una bomba», afirmó el Santo Padre.

«Mejor morderse la lengua», remarcó al hablar en una audiencia ante seis mil religiosos consagrados y consagradas que visitaron el Vaticano para participar, del 28 de enero al 2 de febrero, en la «Semana conclusiva del Año de la Vida Consagrada».

«Terrorismo en la comunidad, no. Si tienes algo contra una persona, se lo dices a la persona que puede resolver el problema, y a ningún otro. ¿De acuerdo?«, pidió el Papa argentino.

«Hombres y mujeres consagrados, pero no alejados de la gente, sino cercanos, para entender la vida de los cristianos y de los no cristianos, sus sufrimientos y problemas, hay tantas cosas que entender», demandó el Sumo Pontífice.

«Había preparado un discurso sobre el tema, sobre tres pilares: profecía, proximidad y esperanza… pero se lo pasé al prefecto, porque es un poco aburrido leerlo. Voy a hablarles con el corazón», comenzó diciendo Francisco cuando se produjo la primera ovación por parte de los presentes en el Aula Paulo VI de la Santa Sede.

El Obispo de Roma también alertó durante el encuentro sobre el «peligro» de que una congregación busque vocaciones «con el dinero», ya que «no lleva a la felicidad» y es «el estiércol (sterco en italiano) del diablo».