La apertura de actividades para cuentapropistas en la economía de Cuba no significa que exista “una economía privada y una estatal”, sino que “hay una sola”, afirmó hoy el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, mientras la cartera de Trabajo ratificó que en las 124 actividades que quedan reservadas al estado se incluyen la salud, la educación y la prensa.

La reforma, inédita en un país en el que el Estado y sus empresas dominan el 85% de la economía, busca impulsar el crecimiento del empleo luego de una caída del PIB del 11% en 2020.

La apertura en el sector privado se inició de manera tímida en la década de 1990 antes de ser plenamente autorizada en 2010, aunque su verdadero auge ocurrió con el histórico acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos, a finales de 2014, durante el gobierno de Barack Obama.

Aún así, esa apertura se limitó a una lista de 127 actividades que fueron establecidas por el Estado, nómina que ahora se amplió a unas 2.100.

Entre las que quedan reservadas al Estado se cuentan los sectores estratégicos como la administración pública, la defensa, el mantenimiento del orden, la educación (excepto ciertas materias como los idiomas y la música), la medicina y el periodismo, detalló hoy la cartera laboral, según la agencia AFP.

También quedarán excluidos del sector privado la extracción de petróleo, carbón y minerales, la impresión de periódicos y libros, la fabricación de armas, la fabricación y distribución de gas y electricidad y la venta de vehículos.

Además, el Estado se reserva el monopolio de la producción audiovisual y cinematográfica, los programas de televisión, la programación cultural en general y la actividad inmobiliaria.

Unos 600.000 cubanos trabajan actualmente en el sector privado, lo que representa el 13% de la población activa en el país de 11,2 millones de habitantes.

Las personas que trabajan por su cuenta se emplean principalmente en la gastronomía, el transporte (taxis) y el alquiler de habitaciones a los turistas.

Aun con este cambio trascendente, el ministro Gil Fernández remarcó que “la economía es una sola, y no hay un ellos y un nosotros”, sino un criterio gubernamental en momentos de cambios considerados «profundos».

El titular de Economía y Planificación expuso sobre los alcances de la llamada «tarea de ordenamiento» que se desarrolla desde el 1 de enero, y que abarcó también la unidad monetaria.

Gil Fernández, quien es además viceprimer ministro, subrayó que «esto no se trata solo de un cambio en la lista de actividades, es más amplio y más integral, porque se incluyen el perfeccionamiento del sistema tributario y los mecanismos para las aprobaciones de las licencias», consignó la agencia ANSA.

«Si antes se podían ejercer poco más de 120 actividades, hoy estamos hablando de más de 2 000. Se prohíbe un mínimo con una lógica determinada, que abre también nuevas oportunidades», consideró el funcionario, para quien «no hay contradicción entre los intereses individuales y los intereses del país» en la nueva regulación.

Según las autoridades se «flexibilizan» los trámites para la solicitud de un trabajo privado y no habrá aumentos impositivos generales.

No obstante, se divulgó oficialmente que «existe una organización del sistema que permitirá mantener niveles de recaudación que genera el sector».

Y anunció además que los «cuentapropistas» que ya ejercen como tales tendrán que reinscribirse, lo que incluye «la actualización de su proyecto de trabajo».