Ecuador confirmó que 170 trabajadores penitenciaron siguen en condición de rehenes, en varias cárceles del país. La nación se encuentra sumergida en ola de violencia vinculada al narcotráfico. En Guayaquil al menos cinco presos escaparon en una fuga que generó una espectacular persecución policial por tierra y aire.

El agravamiento de la violencia empezó el domingo pasado, cuando uno de los capos narco más temidos, Adolfo Macías -alias Fito- jefe de una de las principales bandas criminales del país, «Los Choneros», desapareció de su prisión en Guayaquil. A ello le siguió una arremetida violenta, con motines en las cárceles, policías secuestrados, ataques con explosivos y vehículos incendiados.

En este marco de escalada de violencia, personal del servicio penitenciario quedó en manos de los presos, pero había diferencias en las cifras de los trabajadores retenidos: los medios locales ya hablaban de 170, aunque el balance oficial indicaba 178.

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El organismo oficial que administra las cárceles informó que, «las operaciones y protocolos continúan para liberar a 155 servidores del CSVP (Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria) y a 15 miembros del personal de servicio administrativo, quienes se mantienen retenidos».

El viernes fueron liberados dos guías penitenciarios del penal de Turi y tres empleados administrativos del de Cañar.

En medio de esta situación, por la que el Gobierno decretó el estado de «conflicto armado interno», al menos cinco presos escaparon en las últimas horas de una cárcel en Guayaquil, según policías al frente de la persecución por tierra y aire que siguió a la fuga.

Las autoridades no dieron un balance oficial el número de presos fugados ni recapturados.

El declarado «conflicto interno» ya dejó al menos 14 fallecidos en cinco días entre civiles, policías y reclusos.

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En el país existen una veintena de organizaciones criminales, integradas por unos 20.000 miembros, y vinculadas a carteles colombianos y mexicanos.

Los narcos usan las prisiones como centros de operaciones, desde donde gestionan el tráfico de droga, ordenan asesinatos y pelean a muerte con rivales por el poder.