Los conservadores británicos sufrieron este viernes una derrota en dos de los tres distritos en los que se realizaron elecciones parciales para reemplazar a parlamentarios que dejaron sus escaños, lo que podría cambiar el panorama político de cara a las próximas elecciones generales.

A pesar de una victoria marginal en Uxbridge y South Ruislip, los conservadores perdieron sus asientos en Selby y Ainsty y Somerton y Frome, cediendo sus lugares en la Cámara de los Comunes ante los laboristas y los demócratas liberales respectivamente.

Estas elecciones parciales, que tuvieron lugar a raíz de la dimisión de tres diputados conservadores, son una fuerte indicación de la creciente desconfianza de los votantes hacia la fuerza del primer ministro Rishi Sunak que está en el poder desde hace 13 años.

El Partido Conservador fue sacudido por varios escándalos y su incapacidad para abordar la creciente crisis del costo de vida.

En Somerton y Frome, los demócratas liberales lograron arrebatar el escaño al Partido Conservador, anteriormente ocupado por David Warburton, que dimitió a raíz de un escándalo de consumo de cocaína.

Mientras tanto, en Selby y Ainsty, los laboristas lograron una victoria sorpresa y obtuvieron el asiento en el Parlamento que los conservadores habían sostenido firmemente en los últimos años

En medio de esta agitación, el escaño en Uxbridge y South Ruislip, anteriormente ocupado por el ex primer ministro Boris Johnson, permaneció en manos conservadoras, aunque por un margen estrecho.

La victoria fue asegurada por Steve Tuckwell, que ganó por sólo 495 votos, una caída significativa desde la mayoría de 7,210 que Johnson obtuvo en 2019.

El ex premier dejó su escaño después de una investigación parlamentaria concluyó que había mentido sobre el escándalo partygate, las celebraciones realizadas en la residencia oficial durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus.

Johnson celebró la victoria conservadora y declaró que es una «noticia fantástica» que «muestra que los conservadores pueden ganar en Londres y en los alrededores».

El primer ministro Sunak, que asumió el cargo con la promesa de devolver la ética política al Gobierno y limpiar la imagen de su partido, está lidiando con la creciente insatisfacción pública.

El líder conservador reconoció el desafío durante una visita a Uxbridge y South Ruislip.

«Las elecciones parciales a mitad de mandato para un Gobierno en funciones siempre son difíciles, rara vez se ganan. El mensaje que me llevo es que tenemos que redoblar esfuerzos, ceñirnos a nuestro plan y cumplir con la gente y ganarnos la confianza para las próximas elecciones», dijo, según consignó la prensa local.

Por su parte, el líder laborista Keir Starmer, celebró la victoria en Selby y Ainsty como un «resultado histórico que muestra que la gente ve al laborismo como un partido que ha cambiado».

Las repercusiones de estas elecciones parciales podrían tener un impacto duradero en el futuro político de Reino Unido.

Si los resultados se repiten en las elecciones generales del próximo año, los conservadores podrían enfrentar una grave derrota nacional.