Los jefes diplomáticos de los países del G7 inician este martes una reunión en Japón en la que intentarán encontrar una posición común sobre la guerra en Gaza, reafirmarán su apoyo a Ucrania y abordarán la situación en el Cáucaso y las tensiones con China en Asia-Pacífico.

Al llegar a Tokio, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió a sus pares del G7 «hablar con una sola voz» sobre el conflicto entre Israel y Hamas, así como lo han hecho respecto de Ucrania y otras crisis internacionales.

«Este es un momento muy importante en el que el G7 debe unirse frente a esta crisis y hablar con una sola voz clara», dijo antes de una reunión bilateral con su homóloga japonesa, Yoko Kamikawa, y una cena que reunirá a los ministros de Relaciones Exteriores de los países del grupo.

Blinken llegó a Japón después de una intensa gira diplomática por Medio Oriente.

Reunidos durante dos días, él y los demás ministros del Grupo de los Siete, conformado por los países más industrializados del mundo, pueden encontrar dificultades para pedir con una sola voz un alto el fuego entre Israel y el movimiento islamista Hamas.

Estados Unidos discutió con Israel la posibilidad de «pausas tácticas» para permitir evacuar a los civiles palestinos de las zonas de combates, pero la duración de estas treguas genera todavía debate.

El conflicto estalló el 7 de octubre con la incursión en Israel de milicianos de Hamas, que mataron a más de 1.400 personas y capturaron a 240 rehenes.

Israel respondió con bombardeos que mataron a más de 10.000 personas y una invasión de la Franja de Gaza.

«Vamos a discutir la manera en que podríamos conseguir conjuntamente pausas humanitarias para aliviar el sufrimiento de la población en Gaza», dijo la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, en un comunicado el lunes.

De su parte, la diplomacia francesa recordó la necesidad de «desplegar todos los esfuerzos posibles para evitar una conflagración regional» y la «importancia de diseñar un horizonte político basado en la perspectiva de dos Estados».

Más allá del conflicto en Medio Oriente, «Ucrania es y seguirá en lo alto de la agenda del G7», aseguró Baerbock en un momento en que crece la inquietud en Kiev ante cierta relajación de sus apoyos occidentales ante la invasión de Rusia.

«Si nuestro respaldo a Ucrania decae ahora, (Rusia) lo explotará sin piedad, con consecuencias terribles para los ucranianos y los europeos. Otros actores en distintas partes del mundo sacarían también malas conclusiones», dijo la ministra alemana.

«Es por esto que es tan importante que el G7 mantenga su respaldo de Ucrania de forma resuelta y global. Por ejemplo, continuaremos trabajando junto en un escudo de defensa aérea para Ucrania», agregó.

Durante la cumbre en Tokio está previsto un intercambio por videoconferencia con el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.

La reunión ministerial también debe abordar la situación en el Cáucaso, con las fuertes tensiones que persisten entre Armenia y Azerbaiyán.

También debe producirse una videoconferencia con los ministros de Relaciones Exteriores de cinco países de Asia Central, una iniciativa visiblemente destinada a contrarrestar la influencia de Rusia y China en esta región.

Según analistas, el G7 podría adoptar esta vez un tono más moderado frente a China antes del encuentro previsto este mes en San Francisco entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su par chino, Xi Jinping, y la cercanía de la cumbre COP28 sobre el clima.