El Congreso de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley de financiamiento provisional a última hora del sábado con un abrumador apoyo demócrata luego de que el presidente republicano, Kevin McCarthy, se retractara de una exigencia anterior de los partidarios de la línea dura de su partido.

El Senado, de mayoría demócrata, votó 88-9 para aprobar la medida para evitar el cuarto cierre parcial del gobierno federal en una década, enviándosela al presidente Joe Biden para que la promulgue como ley antes de la fecha límite.

McCarthy abandonó la insistencia de los partidarios de la línea dura del partido de que cualquier proyecto de ley fuera aprobado en la cámara sólo con votos republicanos, un cambio que podría provocar que uno de sus miembros de extrema derecha intentara destituirlo de su papel de liderazgo.

La Cámara votó 335-91 para financiar el gobierno hasta el 17 de noviembre, con más demócratas que republicanos apoyándolo.

Esa medida marcó un cambio profundo con respecto a principios de semana, cuando un cierre parecía casi inevitable. Ello hubiera significado que la mayoría de los cuatro millones de empleados del gobierno no cobraran -ya sea que estuvieran trabajando o no- y también cerrara una serie de servicios federales, desde Parques Nacionales hasta reguladores financieros.

Las agencias federales ya habían elaborado planes detallados que detallan qué servicios continuarían, como controles en aeropuertos y patrullas fronterizas, y qué debían cerrarse, incluida la investigación científica y la ayuda nutricional a siete millones de madres pobres.

«El pueblo estadounidense puede dar un suspiro de alivio: no habrá cierre del gobierno esta noche», expresó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, después de la votación.

«Los demócratas han dicho desde el principio que la única solución para evitar un cierre es el bipartidismo, y estamos contentos de que el presidente McCarthy finalmente haya prestado atención a nuestro mensaje», agregó.

Unos 209 demócratas apoyaron el proyecto de ley, mucho más que los 126 republicanos que lo hicieron, y los demócratas describieron el resultado como una victoria.