Tres años después del histórico asalto al Capitolio que sacudió la nación estadounidense, el expresidente Donald Trump emerge como el favorito en las próximas primarias republicanas, marcando el inicio de una nueva fase en la contienda política y alimentando la llama de la polarización que caracteriza al país.

El 6 de enero de 2021, seguidores fervientes de Trump irrumpieron en la sede del Congreso en Washington en un intento por detener la confirmación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020. Este evento dejó secuelas legales, con más de 1,200 personas enfrentando cargos que abarcan desde delitos menores hasta conspiración para revertir el Estado de derecho.

El Departamento de Justicia considera el papel del expresidente como instigador, lo que podría resultar en futuras imputaciones por su conexión con el asalto. A pesar de enfrentar juicios políticos y penales, Trump mantiene altos niveles de popularidad, subrayando la profundidad del apoyo que aún tiene entre sus seguidores.

Mitchell Brown, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Auburn, señala que el respaldo continuo a Trump se basa en la percepción de que su presidencia fue un éxito y en la creencia de que es víctima de una persecución injusta. Factores psicológicos, como la confirmación selectiva de información, contribuyen a mantener este apoyo inquebrantable.

La polarización política en Estados Unidos ha alcanzado niveles tan intensos que la evaluación de la administración de Biden no parece ser un factor determinante para los partidarios de Trump. Grant Reeher, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Syracuse, destaca que el respaldo persistente a Trump refleja un apoyo profundo, aunque ligeramente menor al de su presidencia.

La carrera republicana se vislumbra como una contienda entre Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley. Aunque las encuestas favorecen ampliamente a Trump, Reeher sugiere que existe la posibilidad de que pueda ser derrotado, especialmente por Haley, quien ha ganado terreno y se presenta como la nueva favorita de la derecha estadounidense.

La lucha interna dentro del Partido Republicano se ha intensificado, evidenciada por la destitución del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. A diez meses de las elecciones presidenciales, la competencia republicana comienza en Iowa el 15 de enero, un estado que, a pesar de representar solo el 1% de la población, desempeña un papel crucial en el inicio de las primarias.

La estrategia política se entrelaza con las batallas legales, ya que algunos tribunales debaten sobre la posible inhabilitación de Trump en las primarias republicanas debido a su participación en los disturbios del Capitolio. La decisión de la justicia en estados como Colorado y Maine de excluirlo se basa en enmiendas históricas, mientras Trump y sus abogados buscan revertir estos fallos ante la Corte Suprema.

En un contexto marcado por la polarización y la incertidumbre política, Biden, a sus 81 años, busca capitalizar la amenaza «extremista» a la democracia en su campaña, haciendo referencia al asalto al Capitolio. La batalla por la nominación republicana, que se librará en los tribunales y las urnas, establece un escenario intrigante para el futuro político de Estados Unidos.