El sindicato del sector automotor en Estados Unidos UAW anunció este lunes que extiende su huelga en demanda de mejoras salariales a una gran fábrica de pick-ups del grupo Stellantis en el Estado de Michigan.

Se suman así a la suspensión de labores 6.800 trabajadores en esta fábrica de camionetas RAM, «la más grande y lucrativa» del grupo ubicada en la localidad de Sterling Heights, con lo que el total de huelguistas en las plantas de las compañías Stellantis, Ford y GM superan los 40.000 empleados, informó la agencia de noticias AFP.

El conflicto, que comenzó a mediados de septiembre, afecta a las tres mayores fabricantes de automotores del país -Ford, General Motors y Stellantis- y se debe a la falta de acuerdo por los términos del convenio laboral que debe suceder al que acaba de vencer.

El total de miembros de la UAW es de 146.000, repartidos en los «tres grandes» de Detroit, que por primera vez enfrentan una huelga a la vez.

Shawn Fain, presidente del sindicato United Auto Workers, dio cuenta el viernes de «movimientos serios» en las negociaciones con Stellantis y General Motors para lograr nuevos convenios salariales.

«Estoy feliz de informar que, en las últimas 24 horas, vimos movimientos serios en Stellantis y GM», señaló Fain la semana pasada.

Enseguida se manifestó sobre Ford: «Continúa afirmando que no pueden darnos lo que solicitamos».

Pero este lunes por la mañana, el sindicato indicaba «lagunas» persistentes en la última oferta de Stellantis (Chrysler, Jeep, Ram, Dodge, Peugeot).

«Aunque tiene la facturación más alta y las ganancias más altas (en Estados Unidos y en el mundo), los márgenes operativos más importantes y la mayor cantidad de liquidez, Stellantis se ubica por detrás de Ford y GM en cuando a las demandas de los empleados y de UAW», destacó el sindicato en su comunicado.

El grupo presentó la «peor oferta» en materia de evolución salarial, remuneración de los trabajadores temporales y medidas de adaptación a la evolución del costo de vida, indicó la agremiación.

Ya a fines de septiembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió a los trabajadores del sector automotor y aseguró que merecen un aumento salarial «significativo».

En ese entonces, Biden se dirigió al Estado de Michigan, donde se unió al piquete de trabajadores, en una demostración de apoyo a la actividad sindical sin precedentes para un mandatario en funciones.

Hace diez días, la huelga ingresó en «una nueva etapa, tal como anunció la UAW, que ya había adelantado que podría extenderse «en cualquier momento» y con ello, se sumaron unos 8.700 operarios.

Se trata del personal de la planta de camiones de Ford en Luisville, estado Kentucky, que se unió a los 25.000 operarios que mantienen la medida de fuerza desde el 15 de septiembre.