SáBADO, 30 DE NOV

Rosariazo: a 55 años de la pueblada que terminó con la dictadura de Onganía

Un día como hoy, el movimiento estudiantil organizado era reprimido por la policía mientras repudiaban el asesinato de un estudiante en Corrientes y daba origen a un proceso que terminaría, junto con el Cordobazo, con la caída de la dictadura más conservadora hasta ese entonces.

 

Exactamente un mes después de su asunción, el comandante en jefe del Ejército y presidente de facto Juan Carlos Onganía elegiría con contundencia y sin grises al enemigo de su gobierno: los estudiantes y los trabajadores. El carácter represivo que le dio a la dictadura en su inicio con la Noche de los Bastones Largos, dando lugar a la fuga de cerebros más importante de la historia argentina, es el mismo que le daría fin en 1969.

La semilla de los sucesos que después pasarían a la historia como “Rosariazo” se encuentra en una manifestación llevada adelante por los estudiantes de Corrientes y de Resistencia (Chaco) contra la privatización y el aumento del 500% en el precio de los tickets del comedor universitario. En la primera ciudad, la columna se encontró de frente con un operativo policial de cuya represión resultó asesinato Juan José “Chelo” Cabral, estudiante de medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). La jornada terminó con un saldo de 30 heridos mientras los manifestantes desconcentraban y buscaban refugio, muchos de ellos en las casas de los vecinos.

La noticia del asesinato por medio de la represión de “Chelo” Cabral llegó  todos los rincones del país y, al día siguiente, los alumnos nucleados en el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística de la Universidad Nacional de Rosario realizaron un acto espontáneo en repudio de la muerte de Cabral y la política de represión de Onganía, el cual fue disuelto y perseguido por la policía hasta la Galería Melipal (Córdoba al 1300). Nuevamente, la fuerza de seguridad se cobró la vida de otro estudiante, esta vez de Adolfo Bello.

La bronca no hizo más que crecer y la ciudad se convirtió de a poco en una olla a presión. La Federación Universitaria de Rosario (FUR) decretó la huelga estudiantil el 20 de mayo, el cual fue sucedido por un paro de la Confederación General del Trabajo el miércoles 21 de mayo y obreros y estudiantes realizaron una Marcha de Silencio en homenaje a Adolfo Bello.

La represión, llevada adelante por las fuerzas armadas y de seguridad, sobre esta movilización fue tan brutal que finalmente la presión hizo estallar a la sociedad en una pueblada que duró 6 horas de conmoción. Corridas, golpes, explosiones de colectivos, entre otros episodios de rebeldía y sublevación popular: el Rosariazo estaba ocurriendo.

Haciendo honor a la consigna que se había esparcido por todo el país, obreros y estudiantes fueron “firmes y adelante”, levantaron barricadas, encendieron fuegos para disipar los gases, bloquearon el paso de las tanquetas, los caballos y los móviles policiales con colectivos incendiados, ocuparon la sede de rectorado de la Universidad, entre otras acciones que si bien terminaron disipándose hacia el final del día mostraron con fervor la falta de capacidad de Onganía para controlar el humor social y los levantamientos populares, que comenzaban a sucederse en todo el territorio nacional.

El Tucumanazo (13 de mayo), el Corrientazo (15 de mayo), el Rosariazo (16 y 21 de mayo), el Cordobazo (entre el 29 y 30 de mayo de 1969), el Trelewazo (11 de octubre de 1962) fueron los momentos de mayor algidez para la autodenominada Revolución Argentina, un gobierno que buscaba permanecer 20 años en el poder, a fuerza de represión de las libertades individuales, de la persecución ideológica, de la censura y el conservadurismo de los militares.

Si bien el Cordobazo tomaría mayor relevancia debido a lo violento de la pueblada, los sucesos del Rosariazo fueron un antes y un después en una ciudad combativa signada por la unión entre los trabajadores y los estudiantes, que en septiembre volverían a las calles.

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