Dos años ya desde que diese inicio la pandemia, por desgracia seguimos enfrentándonos a las diferentes variantes de la COVID-19, como la Ómicron, que ha aumentado considerablemente la transmisibilidad del virus.

Ómicron ya se ha convertido en la variante más predominante en todo el mundo, copando casi el 60% de casos globales.

Así lo han determinado los análisis realizados por la red global de laboratorios GISAID, que tras las más de 357.000 muestras recogidas durante los últimos 30 días, han detectado una presencia de 208.000 contagios de la variante Ómicron. De esta manera, lo que hasta hace dos semanas sólo se centraba en el 1.6% de los casos globales analizados en laboratorios, ya está presente en un 58.5 % de éstos, superando a la variante Delta para convertirse en la cepa dominante a nivel mundial, según ha declarado ya la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Si bien por una parte se trata de una noticia parcialmente positiva, dado que se trata de una variante menos peligrosa que la Delta, el informe destaca que la variante Ómicron es capaz de “evadir la inmunidad”, existiendo un riesgo de transmisión entre vacunados y personas que habían superado con anterioridad la enfermedad y habían desarrollado anticuerpos. No obstante, desde la OMS han resaltado que los riesgos sanitarios que presenta esta variante siguen siendo muy altos, ya que puede producir un aumento en las hospitalizaciones y muertes en poblaciones vulnerables.

Por otra parte, un organismo técnico de la Organización Mundial de la Salud afirmó el martes que las actuales vacunas contra Covid-19 podrían necesitar ser reelaboradas para garantizar su eficacia contra Ómicron y las futuras variantes del coronavirus. El grupo técnico, formado por expertos independientes, dijo que consideraría un cambio en la composición de la vacuna y subrayó que las inyecciones deben ser más eficaces para proteger contra la infección.

Sin embargo, la declaración no llegó a abogar por una vacuna específica para Ómicron en este momento, diciendo que se necesitaba más investigación e instando a los fabricantes a compartir los datos.

Actualmente se estima que los 2 millones de casos se han superado en varias jornadas, y todavía no se ha confirmado un pico en unos contagios, que continúan en una tendencia creciente debido a Ómicron. Unas cifras que la propia OMS reconoce que podrían ser mucho mayores en la realidad, con todavía muchos contagios diagnosticados con tests domésticos y no reportados.